Delta Air Lines registró una pérdida de 408 millones de dólares en el último trimestre de 2021, arrastrada por un incremento de contagios de COVID-19 que sacudió a la aerolínea en diciembre, y la compañía anticipó el jueves que tendrá una pérdida trimestral más antes que los viajes se reaviven en primavera y verano.
El director general, Ed Bastian, dijo que 8.000 empleados han contraído COVID-19 a lo largo de las últimas cuatro semanas. Los trabajadores enfermos y las tormentas invernales han causado la cancelación de más de 2.200 vuelos desde el 24 de diciembre.
Las cancelaciones han disminuido marcadamente en los últimos días, pero el torrente de vuelos frustrados costó a la aerolínea 75 millones de dólares y se espera que el brote más reciente, causado por la variante ómicron del virus, retrase dos meses la recuperación de la industria.
“No creo que vayamos a tener un incremento en las reservaciones o viajes durante enero y probablemente la primera parte de febrero”, advirtió Bastian en una entrevista. “Siempre es la parte más débil del año, y va a ser mucho más débil debido a ómicron. Necesitamos tener confianza en que los vuelos regresarán una vez que el virus disminuya”.
Delta espera que los contagios de ómicron lleguen a su máximo en los próximos días y luego declinen rápidamente como ha sucedido en Sudáfrica y —más lentamente— en el Reino Unido.
La variante ómicron ha frenado un largo y lento incremento de vuelos y ha causado que se dé marcha atrás. En lo que va de enero, el número de personas que viajan en Estados Unidos ha disminuido 20% en comparación con el mismo mes en 2019, peor que los declives de 16% registrados en noviembre y diciembre.
A inicios de esta semana, el director general de United Airlines, Scott Kirby, envió una carta a sus empleados diciendo que 3.000 trabajadores habían dado positivo en COVID-19.