CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La mayor parte de los países de América Latina y el Caribe no retomarán el crecimiento hasta 2025 y ésta será la región del mundo que más se va a desacelerar este año, ya que solo se prevé que crezca 2,1 %, un tercio de lo que creció en 2021 aunque con grandes asimetrías dentro de la región.
Las previsiones ofrecidas el miércoles por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) al presentar un informe preliminar sobre el tema, no son halagüeñas porque, como dijo su directora, Alicia Bárcena, la situación será más compleja que el año pasado y “los costos sociales de la pandemia se van a quedar tiempo y serán difíciles de superar”.
Según explicó en una conferencia de prensa desde México, uno de los grandes retos será el desempleo. En 2021 no se recuperaron un 30% de los puestos de trabajo perdidos en el primer año de pandemia y se constató una “salida contundente de las mujeres del mercado laboral".
Además, la CEPAL prevé un empeoramiento de las condiciones laborales y un aumento en la informalidad con “devastadores efectos", sobre todo en materia de género, dijo Bárcena, por lo que alentó a mantener o reforzar los sistemas de protección social con transferencias y otros apoyos.
La inflación seguirá siendo otro quebradero de cabeza regional unido a la falta de inversión, dos problemas estructurales de la región. La tasa de un 19,5% de inversión respecto del PIB es la más baja del mundo y la brecha de productividad entre América Latina y Estados Unidos es cada vez mayor.
Los bancos centrales anticipan niveles de inflación altos y el precio de la energía y de los alimentos en los mercados internacionales, así como la evolución del tipo de cambio, serán fundamentales.
También se prevén depreciaciones del tipo de cambio -que fueron muy fuertes en Chile y Colombia en 2021- y posibles deterioros en las calificaciones crediticias soberanas.
Para controlar los precios, la CEPAL apuesta por usar otros instrumentos —no solo los tipos de cambio— y aboga por coordinar las políticas monetarias, mejorar la estructura tributaria para aumentar los niveles de recaudación y que se mantenga el gasto público y la inversión, que siempre es la variable que sufre el mayor castigo.
En este sentido, las áreas prioritarias de inversión serían las que mejoren los servicios básicos de la población, las energías renovables
Según explicó Bárcena, el crecimiento del 6,2% en 2021 se debió sobre todo al consumo privado, unido a las exportaciones y el gran aumento de las remesas (un 30%) ayudó a estabilizar las economías pero no por la causa correcta.
La incertidumbre que continuará por la pandemia y las grandes asimetrías regionales, entre otras cosas por los índices de vacunación (en el Caribe -sin Cuba- se está en el 13,7% frente al 61,5% de media), serán otros de los retos para este 2022.