Durante los primeros meses de la pandemia en Estados Unidos, Dina Levy hizo que su hija y su hijo pequeños la acompañaran en caminatas tres veces al día.
Pateaban un balón de fútbol en una secundaria cercana. Los hijos, en ese entonces de 11 y 8 años, trazaron una pista de obstáculos con tiza y entre los tres se tomaban el tiempo que tardaban en recorrerla. También hacían juntos todas sus comidas.
Levy es una de miles de padres que indicaron en un nuevo sondeo de la Oficina del Censo de Estados Unidos que pasaron más tiempo comiendo, leyendo y jugando con sus hijos entre marzo y junio de 2020 — cuando los confinamientos a causa del coronavirus eran más intensos — del que habían pasado en años anteriores.
“Entre la escuela y el trabajo, cada quien toma su camino el resto del día, pero durante el coronavirus, fuimos una unidad”, dijo Levy, una abogada que vive en Nueva Jersey. “En verdad lo fuimos. No quiero decir que fue provechoso, ya que la pandemia ha sido horrenda para tantas personas, pero nos otorgó mucho valor a nosotros como familia”.
En un reporte sobre el sondeo difundido esta semana, la Oficina del Censo incluye algunas salvedades: Un gran número de personas no respondieron. Además, en comparación con años previos, en esta ocasión hubo más padres participantes que eran de mayor edad, nacidos en el extranjero, casados, con educación y por encima del nivel de pobreza.
El sondeo tampoco mide el impacto a largo plazo de la pandemia, que está ingresando a su tercer año calendario, por lo que se desconoce si los padres continuaron con ese incremento en el tiempo que pasan con sus hijos.
Los hallazgos de la Encuesta de Ingresos y Participación en Programas se basan en entrevistas con uno de los padres de 22.000 hogares durante los primeros cuatro meses de la pandemia en Estados Unidos. El sondeo halló que la proporción de comidas que estos llamados padres de referencia compartieron con sus hijos aumentó de 84% a 85% de 2018 a 2020, y de 56% a 63% entre los otros padres de familia.
Algunos padres también pasaron más tiempo leyéndoles a sus hijos en 2020 en comparación con años anteriores, aunque hubo variaciones basadas en los ingresos, el nivel educativo y otros factores. En 2020, el 69% de los padres reportó haberles leído a sus hijos pequeños cinco o más veces por semana, en comparación con 65% en 2018 y 64% en 2019, de acuerdo al reporte.
“Antes de la pandemia, las familias sabían que estaban demasiado estresadas. Los niños tenían muchos lugares a donde ir. Los padres lidiaban con demasiadas cosas”, dijo Roma Walsh, codirectora del Centro de Chicago para la Salud Familiar de la Universidad de Chicago. “La pandemia obligó a la gente a no ir a trabajar, y nuestros hijos estaban en casa. Realmente ayudó a los padres a decir: ‘Hey, esperen un momento. Podemos pasar tiempo como familia juntos, como no lo podíamos pasar antes’".
Por el otro lado, el reporte halló que las salidas con los hijos disminuyeron debido a las restricciones de traslado y los confinamientos, de 85% en 2018 y 87% en 2019 a 82% en 2020. El descenso fue más marcado en padres solteros, de un 86% en 2019 a 75% en 2020, según el sondeo.
La pandemia también generó tensiones en muchas familias. La muerte de seres queridos, la pérdida de empleos, las preocupaciones financieras, el aprendizaje a distancia, el aislamiento social y las exigencias de los cuidados a los niños y a los ancianos cobraron un alto precio, declaró Walsh.
“El punto clave es que las familias han experimentado un estrés y presión extremos a lo largo de esta prolongada pandemia”, dijo Walsh. Indicó que su investigación muestra que a las familias les va mejor cuando comparten valores positivos, adoptan un enfoque creativo para solucionar problemas y tienen flexibilidad para adaptarse.
“A esas familias que pueden aunar esfuerzos y practicar la resistencia les está yendo bien, y de hecho ello fortalece sus vínculos”, señaló.
Tal fue el caso de Eugene Brusilovskiy, un experto en estadística que vive en los suburbios de Filadelfia. Dijo que la pandemia le permitió pasar más tiempo con su hija, quien nació en los primeros meses del confinamiento. Como él estaba trabajando desde casa, él y su esposa decidieron no inscribirla en una guardería, como habían planeado originalmente.
“Estuve involucrado en cada rutina, desde alimentarla hasta cambiarle los pañales”, dijo Brusilovskiy. “Pude pasar verdadero tiempo de calidad, salir a caminar y ver todos esos primeros hitos, lo que no hubiera podido hacer de otra forma”.
Aunque muchas personas están limitando sus actividades ahora ante el repunte de infecciones a causa de la variante ómicron, es posible que, una vez que las escuelas reabrieron en 2021 y los niños retomaron sus actividades extracurriculares, los padres recayeran en sus viejos hábitos, dijo Melissa Milkie, socióloga de la Universidad de Toronto.
“De cualquier forma, algunas familias podrían haber experimentado el pasar más cenas juntos y leyendo como algo que intentaron ‘mantener’ incluso después de los primeros meses de la pandemia", dijo Milkie.
Para Levy, lo malo de hacer todas sus comidas con sus hijos fue que después debía limpiar todo.
“Me volvía loca”, declaró. “Eran toneladas y toneladas de platos sucios”.
Aun así, eso no fue suficiente para disminuir esa sensación única en la vida de cercanía que pudo forjar con sus hijos.
“Fue tiempo que nunca habíamos pasado juntos”, comentó Levy, “y probablemente nunca lo volveremos a pasar".
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Mike Schneider está en Twitter como: https://twitter.com/MikeSchneiderAP