Muchos estadounidenses niegan lo ocurrido el 6 de enero

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NUEVA YORK (AP) — Las cámaras de la televisión no dejaban duda laguna acerca de lo que estaba sucediendo el 6 de enero del 2021 en el Congreso: Una turba de partidarios de Donald Trump tomaba por asalto el Capitolio en un esfuerzo por impedir la proclamación de Joe Biden como nuevo presidente y se tambaleaba la democracia. Todo era transmitido en vivo.

Un año después, sin embargo, abundan las discrepancias acerca de lo ocurrido. Una encuesta de Quinnipiac reveló que un 93% de los demócratas considera que se trató de un ataque al gobierno y que solo un 29% de los republicanos opina lo mismo. En otra consulta, de CBS-YouGov, un 85% de los demócratas habló de una “insurrección”, comparado con un 21% de los republicanos. Los republicanos (un 56%) son más proclives a describir a los alzados como “defensores de la libertad”. Una encuesta de la Associated Press y el Centro NORC para Investigaciones de Asuntos Públicos indicó que solo cuatro de cada 10 republicanos recuerdan los hechos --en los que murieron cinco personas-- como un episodio violento, comparado con nueve de cada diez demócratas.

Estas discrepancias son tal vez inevitables en un ambiente tan polarizado, pero no dejan de llamar la atención dada la abundancia de información acerca de lo ocurrido. El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes Kevin McCarthy dijo que “el presidente es responsable” al menos en parte del ataque, mientras que el líder de los republicanos en el Senado Mitch McConnell afirmó que los manifestantes “trataron de entorpecer la democracia. Y no lo lograron”.

Desde entonces, no obstante, se propagaron dos versiones de lo sucedido: una basada en los hechos y otra imaginaria. La toma del Congreso --una coronación violenta de un esfuerzo por restar legitimidad a la votación del 2020 e impedir la certificación de los resultados-- dio paso a una cantidad de interpretaciones asociadas con las posturas políticas de la gente.

“Es como si hubiese una psicosis o una amnesia nacional en relación con lo sucedido hace un año”, expresó Charles Sykes, ex conductor de un programa radial conservador de Wisconsin y fundador del portal The Bulwark. “Es como si fuésemos dos países que viven dos realidades distintas cuando se habla del 6 de enero”.

La neuróloga Lisa Genova, autora de “Remember: The Science of Memory and the Art of Forgetting” (Recuerdos: La ciencia de la memoria y el arte de olvidar) dice que incluso los recuerdos más intensos van cambiando con el paso del tiempo. “Otros factores pueden alterarlos cada vez que los evocamos”, expresó Genova. “Dependiendo de los puntos de vista políticos, de las noticias que uno ve o lee, de lo que (el evento) representó para una persona, el recuerdo va a cambiar y se va a ajustar a lo que uno se dice a sí mismo”.

Mucha gente, por otro lado, se ha estado esforzando por alterar la interpretación de lo ocurrido el 6 de enero. El representante republicano Andrew S. Clyde, por ejemplo, describió los hechos como “una visita turística común y corriente”. Su colega Matt Gaetz sostuvo que los manifestantes eran militantes de izquierda “que se hacían pasar por trumpistas”. Trump insiste en que si hubo una insurrección, fue la elección, que Biden ganó por amplio margen.

El comentarista de Fox News Tucker Carlson afirmó que la toma del Congreso fue orquestada por el FBI.

Como contrapartida, abundan los documentales que presentan los hechos de una manera rigurosa, metódica y detallada. Jamie Roberts dijo que su documental “Four Hours at the Capitol” (Cuatro horas en el Capitolio), transmitido por HBO, procuró ofrecer una cronología visual de lo sucedido después de que Trump arengase a sus partidarios a dar pelea.

Roberts entrevistó a testigos y a personas que participaron en la toma. Algunos de los que formaron parte de la turba elogiaron su trabajo, para luego quejarse del filme tras ver una serie preparada por Carlson.

“Algunos que están en el documental me escribieron preguntando ‘¿por qué pusiste eso en tu cinta? ¡Mienten!’”, dijo Roberts. “Quería ofrecer hechos concretos, de boca de personas que presenciaron lo ocurrido. Pero algunas personas no quieren aceptar lo sucedido”.

Alexander Keyssar, profesor de historia y política sociales de Harvard y autor de “Why Do We Still Have the Electoral College?” (Por qué todavía tenemos el Colegio Electoral), cree que una comisión investigadora como la surgida tras los ataques del 11 de septiembre del 2001 podría haber generado un mayor consenso en relación con el 6 de enero. Pero en mayo los senadores republicanos bloquearon le creación de esa comisión. (Una comisión de la cámara baja dará a conocer pronto los resultados de una investigación de seis meses).

Los republicanos apelaron a una persistente negación de lo sucedido, siguiendo las tácticas de Trump en relación con la elección del 2020. El año pasado los republicanos aprobaron decenas de leyes que restringen el derecho al voto en 19 estados y se avecinan más batallas en ese terreno.

“Esto es algo obviamente peligroso porque sienta un precedente”, manifestó Keyssar, aludiendo a la toma del Congreso. “Ahora muchos juzgan los eventos a través de esa perspectiva, a partir de la cual muchos republicanos piensan ahora que no se puede confiar en los resultados de las elecciones”.

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Jake Coyle está en http://twitter.com/jakecoyleAP

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