México tendrá este 2022 elecciones a gobernador en seis estados, entre ellos el importante polo turístico de Quintana Roo, mientras la oposición presenta roces en sí misma y persiste la duda de si el partido oficialista e izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ganará todavía más peso a nivel regional.
Los mexicanos volverán a las urnas un año después de vivir la elección más grande de la historia del país, en donde se renovó la Cámara de Diputados y se eligieron 15 gobernadores, 30 congresos locales y se renovaron las alcaldías de casi 2 mil municipios.
De las regiones en disputa en 2022, entre las cuales se encuentran Hidalgo, Durango, Tamaulipas, Oaxaca, Quintana Roo y Aguascalientes, el oficialismo es favorito en cada una de ellas con la excepción de la última, un feudo conservador en manos del derechista Partido Acción Nacional (PAN).
Cabe apuntar que actualmente la coalición del Gobierno tiene el control en 17 de los 32 estados del país, además de la jefatura de la Ciudad de México de la mano de Claudia Sheinbaum. La capital, sin embargo, vivió un duro revés en las elecciones de junio, cuando vio que la mitad del territorio quedó en manos de la oposición.
En la próxima jornada llaman la atención, por su importancia, Tamaulipas, punto estratégico en el cruce terrestre de mercancía entre Estados Unidos y México, y el caribeño Quintana Roo, uno de las mayores atractivos turísticos del país que en últimos meses ha sido sede de episodios violentos.
¿REFORZAR OFICIALISMO?
A diferencia de pasados comicios, en donde Morena mantuvo una estrecha mayoría parlamentaria, gracias a su coalición con los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y del Trabajo (PT), y confirmó su músculo territorial al ganar en 11 estados, esta elección cuenta con menos focos mediáticos. Sin embargo, Khemvirg Puente, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte de que la jornada del 5 de junio podría encumbrar al partido del presidente López Obrador y convertirlo en la formación con mayor fuerza territorial, algo que le daría una ventaja para las presidenciales de 2024.
“Morena puede consolidar su dominio, porque se prevé que vuelva a ganar, y esto podría sentar las bases de un partido hegemónico”, remató Puente en entrevista con Efe.
La apuesta del oficialismo ha sido postular políticos veteranos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que han pasado a las filas morenistas en los últimos años. Así sucedió en Hidalgo con Julio Menchaca, en Durango con Marina Vitela y Tamaulipas con Américo Villareal.
La selección de candidatos terminará en los tribunales después de que dos aspirantes perdedores, en Oaxaca y Durango, anunciaran impugnaciones, aunque en el caso de Tamaulipas los magistrados ya fallaron en favor del partido.
UNIDAD EN LA OPOSICIÓN
La batalla política de este año también pondrá a prueba la cohesión de la alianza opositora “Va por México” , compuesta por el PAN, PRI y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD). Dicha alianza obtuvo pequeñas victorias durante 2021, como impedir la mayoría de dos tercios del oficialismo en el parlamento, necesaria para aprobar reformas constitucionales, y ganar la mitad de las alcaldías de Ciudad de México.
José Antonio Crespo, analista político y profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), cree que el reto de la disidencia será evitar que Morena gane en la mayoría de los seis estados.
“Si va en coalición, como en 2021, la oposición puede evitar un triunfo aplastante del Gobierno, si no van juntos será un pan comido para Morena”, sentenció el académico. Hasta el momento, la oposición ha confirmado que participará con una candidatura unitaria en Tamaulipas, Durango, Aguascalientes e Hidalgo, este último gobernado por el PRI durante casi un siglo. En el último de estos cuatro estados se ha escenificado una nueva fricción dentro del tripartito opositor.
El pasado 30 de diciembre, el gobernador priista de Hidalgo, Omar Fayad, se quejó agriamente en sus redes sociales del presidente de su propia formación, Alejandro Moreno, a quien acusó de entregar la candidatura del estado al PAN.
“Esto es otro de los muchos agravios que en lo oscurito le han venido haciendo a la militancia”, arremetió Fayad. Moreno le respondió que “no hay espacios para imponer candidatos destinados a la derrota”. La realidad es que la oposición no ha dado a conocer a su abanderado en esa región, pero tampoco ha descartado que la persona elegida no esté afiliada al PRI.
PRUEBA ANTES DE 2024
La contienda en 2022 será una primera prueba de cara a la sucesión presidencial que se realizará dentro de dos años. En 2023 los partidos tendrán un último choque Coahuila y Estado de México, los últimos dos graneros de votos del PRI, en caso de que Morena gane Hidalgo.
“No necesariamente lo que pasa en los estados se refleja en las generales, con el Estado de México pasa igual, muchas veces se dice que es un ensayo y eso no suele ser así siempre. El PRI ganó en 2017 y quedó tercero en la presidencial un año después”, advirtió Crespo.
Con información de EFE
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