Las baterías de iones de litio son omnipresentes, y se encuentran en todo tipo de dispositivos, desde teléfonos inteligentes hasta ordenadores portátiles y altavoces Bluetooth. Sin embargo, lo que muchos usuarios no saben es que su vida útil puede prolongarse considerablemente mediante una carga y descarga disciplinada, tal como señala la entidad reguladora técnica alemana Tüv Süd. Los expertos explican que, en general, las fuentes de energía no deben descargarse nunca por completo, ya que la llamada descarga profunda puede provocar peligrosos defectos en las celdas de la batería. Lo mismo ocurre, prosiguen, con la carga: en la medida de lo posible, las baterías de litio nunca deben cargarse por completo, lo que ocurre con los móviles que quedan enchufados durante toda la noche. El nivel de carga ideal para la batería está entre el 30 y el 70 por ciento, afirman los expertos, y añaden que, por lo tanto, no se debe cargar a más del 70 por ciento. TÜV aconseja que, si el nivel de la batería ha caído por debajo del 30 por ciento, lo mejor es volverla a cargar, en lo posible hasta el 70 por ciento. La buena noticia: algunas baterías y dispositivos de alta calidad ya cuentan con el llamado sistema de gestión de baterías (BMS) que puede controlar el comportamiento de carga y descarga de las celdas de la batería. Una batería recargable no es un huevo crudo, pero siempre debe protegerse del frío y el calor extremos, así como de la humedad, los golpes y las caídas. No solo la carga y la descarga inadecuadas son perjudiciales. Los daños en las celdas de la batería causados por un impacto físico o por temperaturas extremas también pueden provocar cortocircuitos y una reacción térmica. Los expertos advierten que, dependiendo de la construcción y los materiales utilizados, si la batería se hincha, existe el riesgo de que explote. dpa