¡Más luz, por favor! Cómo cuidar las plantas de interior en invierno

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ARCHIVO - Es aconsejable no colocar las plantas de interior en cercanía inmediata de las fuentes de calefacción de los ambientes interiores. Foto: Zacharie Scheurer/dpa
ARCHIVO - Es aconsejable no colocar las plantas de interior en cercanía inmediata de las fuentes de calefacción de los ambientes interiores. Foto: Zacharie Scheurer/dpa

A la mayoría de las plantas no les sienta bien la falta de luz. Casi podría decirse que esta forma parte de su alimentación, ya que producen energía con la ayuda de la luz. Por eso mismo, algunas plantas de interior sufren en el invierno, cuando los días son más cortos y oscuros.

La solución más simple consiste en colocar las plantas en lugares con más luz, cerca de las ventanas. O conseguir una fuente de luz adicional con luces especiales para ellas. Lo mejor es que sean LED, para consumir la menor cantidad de electricidad posible.

La cantidad de luz necesaria depende de cada planta. Las plantas flamenco, la pata de elefante y el lazo de amor no deberían contar con una iluminación menor a 1000 lux. La aglaonema, el gomero y la dracaena se las arreglan con al menos 500 lux.

¿Y cómo medir la cantidad de luz en un ambiente? Esto puede hacerse con un luxómetro o una aplicación de smartphone para medir la luz. De todas formas, la manera más simple de establecer si una planta tiene luz suficiente es mirar sus hojas. Cuando les falta, las hojas se ponen amarillas y se caen.

Quitar el polvo

La falta de luz puede ser aún más perjudicial si no se presta atención a la limpieza de las plantas. Una capa de polvo sobre sus hojas tiene el mismo efecto que un filtro que no deja pasar los rayos de sol. Dependiendo del grosor de la capa de polvo, la planta puede recibir hasta un 30 por ciento menos de luz, según explica el especialista Jürgen Herrmannsdörfer de la Asociación de Plantas de Interior e Hidroponía de Alemania.

Esto tiene distintos efectos, ya que la falta de luz sume a las plantas de interior en una suerte de hibernación. Necesitan menos agua, ya que pueden producir menos energía.

Una forma simple de saber si una planta necesita agua es usar "el pulgar verde", como dice Herrmansdörfer. Esto implica hundir el dedo en la tierra para comprobar si aún está húmeda. Cuando se encuentra hibernando, la planta también necesita menos nutrientes, alrededor de la mitad. 

Caída de hojas debido a la calefacción

Las plantas de interior enfrentan otro problema: el aire seco y caliente de la calefacción. Muchas de ellas, pero sobre todo las plantas flamenco y las cunas de moisés, dos variedades muy elegidas para interiores, sufren con este aire caliente, según explica Andreas Höfer, que cuenta con un vivero hidropónico en Eislingen, en Alemania.

Las plantas que más sufren son las que se encuentran cerca de la fuente de calor, como por ejemplo las que están cerca de un suelo radiante. Para estos casos, el especialista Herrmannsdörfer recomienda usar maceteros con patas altas, tipo columna, de modo que la maceta quede lejos del piso. El aire entre la maceta y el piso protege a la planta de recibir demasiado calor.

Höfer señala que los cuencos con agua o las pequeñas fuentes de interior ayudan a aumentar la humedad ambiente. Recomienda las que están hechas con piedras de lava, que tienen grandes poros y grandes superficies.

Además, sugiere airear los ambientes de aire seco cuando el clima exterior está húmedo, lo que afirma es "un método comprobado para aumentar el nivel de humedad en los ambientes".

Atención: Airear no es siempre la solución

Sin embargo, estas medidas solo deben ser implementadas si se tiene en claro el ciclo de airear y calefaccionar, ya que una humedad ambiente muy alta puede favorecer la formación de hongos en las paredes y los muebles. Es por eso que lo óptimo es que la humedad ambiente no supere el 60 por ciento. Esto se puede medir con un higrómetro.

Una buena solución para las plantas es aumentar la humedad ambiente solo a su alrededor, colocando el cuenco con agua cerca de la maceta. Otra alternativa es rociarla con un poco de agua, generando una especie de neblina.

Por otro lado, ventilar los ambientes en los días fríos del invierno no siempre es bueno para las plantas de interior. "Si a una persona le molesta una corriente de aire, lo más probable es que a la planta también", ejemplifica Herrmannsdörfer.

Una corriente de aire por debajo de los diez grados puede ser peligrosa para plantas con hojas pequeñas y blandas, como las cunas de Moisés. Para evitar esto, lo mejor es colocar las plantas en otro lado, fuera de las corrientes de aire, cuando se ventila un ambiente.

dpa 

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