Washington recalca que "no hay una solución militar" y que la diplomacia "es la primera, última y única opción"
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Estados Unidos ha expresado su deseo de que el repliegue anunciado por el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) hacia la región etíopes de Tigray (norte) "abra la puerta a una diplomacia más amplia", ante los recientes avances del Ejército de Etiopía en los combates que se suceden desde noviembre de 2020 en esta parte del país africano.
El líder del TPLF, Debretsion Gebremichael, anunció el lunes el repliegue de sus fuerzas, que abandonan de esta forma las regiones de Amhara y Afar ante la presión del Ejército. "Hemos escuchado la llamada unánime a nivel internacional para retirarnos de las regiones vecinas", dijo Debretsion en una misiva fechada el 19 de diciembre y enviada al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Así, el portavoz del TPLF, Getachew Reda, destacó poco después que el grupo "ha completado la retirada de fuerzas de las regiones de Amhara y Afar". "Esperamos que haciéndolo hemos dejado sin excusas a la comunidad internacional para explicar su lentitud a la hora de presionar a (el primer ministro) Abiy Ahmed y sus socios regionales para poner fin a la campaña genocida en Tigray", manifestó a través de su cuenta en la red social Twitter.
"Si bien seguiremos haciendo todo lo posible para defender a nuestro pueblo de cualquier amenaza, ahora depende de la comunidad internacional presionar a los delincuentes que presionan para otra tanda de genocidio en Tigray", sostuvo, antes de cargar duramente contra la implicación de Eritrea del lado de Etiopía en el conflicto.
En respuesta a estos anuncios, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, ha recordado que Washington "ha pedido desde hace tiempo un cese de hostilidades, incluido el regreso de las fuerzas del TPLF a Tigray, así como un acceso humanitario (a las poblaciones afectadas por el conflicto)".
"Hemos pedido desde hace mucho el fin de los abusos y violaciones de los Derechos Humanos y una solución negociada al conflicto. Si vemos un movimiento de fuerzas tigrayanas a Tigray, es algo que aplaudiríamos. Es algo que hemos pedido", ha subrayado Price durante su rueda de prensa diaria.
Así, ha reiterado su llamamiento a "un cese inmediato de las hostilidades", "el fin de los abusos y violaciones de los Derechos Humanos", un "acceso humanitario sin restricciones en Tigray y otras zonas del norte de Etiopía" y "una solución negociada al conflicto".
Price ha incidido en que la guerra "no sólo pone en riesgo a la gente en el país, sino que supone una amenaza a la seguridad regional en el Cuerno de África". "Sabemos que no hay una solución militar a este conflicto. Por ello, apoyamos la diplomacia como primera, última y única opción para resolver el conflicto", ha argumentado.
Por ello, ha reclamado al Gobierno etíope "que inicie un diálogo nacional creíble e inclusivo", después de que el Ejecutivo aprobara el 10 de diciembre n borrador de proclamación para la formación de una comisión de diálogo nacional, ante la grave crisis en la que se encuentra sumido el país tras más de un año de conflicto en la región de Tigray.
El conflicto comenzó el 4 de noviembre de 2020 cuando el primer ministro etíope ordenó una ofensiva militar en represalia por el ataque a la base del Ejército en la capital de Tigray, Mekelle, tras meses de tensiones entre el TPLF y el Gobierno central en torno al aplazamiento de las parlamentarias, finalmente celebradas en junio y en las que Abiy logró una victoria aplastante ante los llamamientos al boicot y la falta de votación en varias zonas --entre ellas Tigray-- por la inseguridad.
Sin embargo, el TPLF logró importantes avances en junio que le permitieron recuperar Mekelle, tras lo que Abiy anunció un alto el fuego unilateral citando motivos humanitarios, rechazado por el grupo, que expandió su ofensiva a las adyacentes regiones de Amhara y Afar, haciendo temer una propagación de la guerra al resto del país ante su posible avance hacia la capital, Adís Abeba.
El propio Abiy se trasladó a finales de noviembre al frente de guerra para encabezar las operaciones militares contra el TPLF, que ha rechazado hasta la fecha un diálogo si no se cumplen sus condiciones y ha abogado abiertamente por la dimisión del primer ministro, al que acusa de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo.
Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.