MADRID, 18 (CHANCE)
El 11 de agosto de 2014 se publicaba una noticia que nos dejaba en shock: la sorprendente muerte del actor, Robin Williams. Una información que hacía que el mundo de la interpretación se pusiera de luto al ser este uno de los grandes rostros conocidos de la gran pantalla.
Su cuerpo era encontrado en su casa de California sin vida y esto hizo saltar las alarmas en todos los medios de comunicación que enseguida publicaron la causa de la muerte sin saber -todavía- qué le sucedía al actor. Y quizás éste sea uno de los problemas del ser humano, lo poco pacientes que somos y la necesidad de encontrar el por qué de una manera inmediata.
Enseguida se habló de 'suicidio por asfixia' y lo cierto es que todos estábamos equivocados. Que sí drogadicto, que sí bipolar, un tanto polémico... el caso es que había que buscar un por qué a su muerte antes de tiempo, pero lo cierto es que nada de lo que se publicó fue cierto.
Robin sufría una enfermedad mental que le llevó a tomar la decisión de acabar con su vida. Dicho esto, todas las bocas y los rumores que existían desde aquel 11 de agosto quedaron vacíos... Una demencia conocida como 'Demencia con cuerpos de Lewy' que sólo puede ser diagnosticada con seguridad tras la muerte del paciente.
La muerte de Verónica Forqué el pasado 13 de diciembre nos ha hecho recapacitar. Sobre todo tras observar los mensajes cargados de odio que recibió en redes sociales por su comportamiento en 'MasterChef Celebrity'. Una mujer que habló siempre de 'depresión', con todas las letras, como hay que hablar y que nunca tuvo tapujos a la hora de sincerarse sobre su estado emocional.
En ningún caso queremos hacer una comparativa entre la muerte de Robin Williams con la de Verónica Forqué, pero sí incidir en la necesidad que tenemos los seres humanos a la hora de buscar un por qué rápido e inseguro sobre estas trágicas muertes y sobre todo, dar visibilidad a las enfermedades mentales. Los dos fueron víctimas de la exposición mediática y hoy, ya descansan en un mundo mejor.