Luis Miguel Pascual
París, 16 dic (EFE).- Un total de 46 periodistas fueron asesinados o perdieron la vida en el ejercicio de su profesión en 2021, según el balance anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), el número más bajo de muertes en 20 años, al tiempo que la cifra de encarcelados alcanzó un récord histórico, 488.
El recuento de la organización defensora de la libertad de prensa, publicado este jueves, señala por tercer año consecutivo a México como el país más peligroso para los periodistas, mientras que China conserva su condición de mayor cárcel del mundo para los informadores.
RSF atribuye la bajada del número de periodistas asesinados a "la evolución de los conflictos regionales" en Siria, Irak o Yemen, con una "estabilización de los frentes" tras unos años particularmente mortíferos que marcaron un récord en 2016.
Desde 2003, el balance anual de la organización no había registrado menos de 50 víctimas mortales. Cayeron tanto los periodistas fallecidos en zonas de conflicto como los que fueron objetivo directo de sus asesinos.
En total, 26 reporteros fueron blanco de sus verdugos, un 65 % del total, frente al 85 % del año anterior, con México como principal zona de peligro, con siete víctimas, que elevan a 47 el número registrado en los últimos cinco años.
Como en balances precedentes, RSF denuncia que "en cuanto un periodista se interesa por asuntos molestos y el crimen organizado, en particular a nivel local, se arriesga a una ejecución a sangre fría" en ese país.
Todo ello en una situación de "impunidad casi total" y de "ausencia de valientes reformas por parte de los gobiernos sucesivos", lo que genera "una espiral de violencia que parece no detenerse nunca".
Afganistán, donde los talibanes recuperaron el poder, se situó en segundo lugar de la trágica lista, con seis muertos, todos ellos asesinados en atentados islamistas en medio de una "impunidad total".
El país asiático iguala con México en número de víctimas en los últimos cinco años.
El conflicto armado en el Yemen y la mafia india se han cobrado cuatro víctimas cada uno en 2021.
RSF destaca que tres de cada cinco periodistas asesinados cayeron en países que no están oficialmente en guerra y apunta a dos casos en la Unión Europea: el griego Giorgos Karaivaz, que investigaba sobre la corrupción policial en su país, y el holandés Peter R. de Vries, especialista en el crimen organizado.
Se trata del año más mortífero en Europa desde 2015, marcado por los atentados contra el semanario satírico francés "Charlie Hebdo" que costaron la vida a ocho periodistas.
RÉCORD DE DETENIDOS
La caída del número de periodistas asesinados contrasta con el récord de informadores entre rejas, tras el aumento del 20 % registrado en 2021, reflejo de "la amplificación de una represión cada vez más implacable contra la información independiente".
El retorno de la junta militar al poder en Birmania, el endurecimiento de la situación en Bielorrusia y la mano dura de China en Hong Kong explican en buena medida el empeoramiento histórico de la situación.
China se mantiene como la mayor prisión del mundo para periodistas, con 127 de ellos entre rejas en el país más poblado del mundo, mientras Birmania accede a la segunda plaza, con 53, desbancando a Vietnam (43) y Arabia Saudí (31), que también ha sido superada por Bielorrusia (32).
RSF apunta a que cada vez son más las periodistas encarceladas, 60 en 2021, un tercio más que en el año anterior, reflejo de su cada vez más importante presencia en el oficio, pero también de que son blanco específico de muchos regímenes.
El balance anual señala que 65 periodistas están secuestrados en el mundo, dos más que en 2020, todos ellos en cuatro países: Siria (44), Irak (11), Yemen (9) y Mali (1).
El grupo Estado Islámico es el principal azote para los reporteros, con 28 de ellos en sus manos, seguido de la milicia huti del Yemen, con 8, y del Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham) de Siria, con 7.
A ellos se suma la desaparición de dos periodistas en el estado mexicano de Sonora, Jorge Molotzin Centlal, del que no se tienen noticias desde el 10 de marzo, y Pablo Felipe Romero, en paradero desconocido desde el 25 de marzo.