LONDRES (AP) — Sam Kerr tomó el asunto en sus propias manos — o más bien con su hombro izquierdo — cuando un individuo que cargaba un teléfono celular irrumpió en la cancha durante un partido de la Liga de Campeones femenina.
La delantera de Chelsea y capitana de la selección de Australia se acercó al hombre cuando éste iba a ser sacado del campo y procedió a derribarlo, provocando los vítores de los espectadores.
El incidente se produjo durante el partido que Chelsea empató 0-0 ante el visitante Juventus en Kingsmeadow, y Kerr recibió una tarjeta amarilla por su reacción. En imágenes que se difundieron en las redes sociales, las jugadoras de Juventus trataron de impedir que la árbitra amonestase a Kerr.
Los encargados de seguridad reaccionaron lentamente para lidiar con el intruso, algo que fue resaltado por la entrenadora de Chelsea Emma Hayes.
“Con el crecimiento del fútbol femenino, pues hay más interés en las jugadoras", dijo Hayes a la BBC.
“Creo que debe servirnos de recordatorio a todos, incuyendo a los empleados de los estadios y a la seguridad, que la protección de la jugadora es lo primero", añadió.
Los incidentes de intrusos irrumpiendo en los campos de juego han sido frecuentes en el deporte británico en meses recientes. El más célebre se dio en los últimos minutos del partido de rugby entre Gales y Sudáfrica, en el que un intruso pudo haber impedido a los galeses anotar el try para la victoria.
El individuo, que posteriormente fue identificado como un jugador activo, ha sido vetado de por vida para participar en torneos de rugby en el Principado de Gales.
En el fútbol masculino, en un par de ocasiones durante los últimos dos meses, aficionados lograron ingresar al campo de Old Trafford y se acercaron a Cristiano Ronaldo, el astro del Manchester United, antes de ser detenidos por el personal de seguridad.
Y en un partido de la Europa Conference League entre Tottenham y Vitesse el mes pasado, un joven aficionado tuvo que ser frenado por la seguridad del estadio tras acercarse al delantero de Tottenham Harry Kane al sonar el silbatazo final.
Kane y el arquero de Tottenham Hugo Lloris acabaron abrazaron al aficionados al retirarse juntos de la cancha. Además, Kane y Lloris le obsequiaron sus camisetas.