La era del criptoarte ha comenzado

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Un hombre observa un NFT
Un hombre observa un NFT (Non-fungible Token) del artista Erik Schmidt en la pantalla de un iPad en la feria Art Cologne. Foto: Oliver Berg/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial en relación con la cobertura actual de este tema y mencionando el crédito completo

Breves secuencias de hombres trepándose a paradas del autobús se muestran en iPads centelleantes. Sobre ellas aparecen manchas de colores de pintura al óleo que se mueven, logrando un efecto de fusión entre el arte digital y el arte clásico.

Las pantallas se exhiben en la pared de un estand de la feria Art Cologne, junto a opulentas obras de artistas consagrados. Algunos pasan de largo, otros se quedan cautivados por las imágenes.

El artista Erik Schmidt tomó fotografías durante una manifestación del movimiento Black Lives Matter, luego las pintó por encima y las animó, pero como NFT o token digital, explica Vera Gliem, propietaria de la editorial especializada Provinz Editionen de Bochum y Berlín.

Un NFT (por las siglas en inglés de "Non-fungible Token", token no fungible) es un archivo protegido basado en la arquitectura de la cadena de bloques (blockchain), es decir, una lista ampliable de registros de datos.

Esto significa que este token único está vinculado con la obra y protegido a través de la tecnología blockchain. Más concretamente, el comprador de este tipo de arte es dueño del certificado de autenticidad de un archivo. Si bien las imágenes pueden seguir siendo accesibles vía Internet, solo una persona posee el original. 

La tecnología de los NFT está haciendo furor desde comienzos de 2021 en el mercado del arte y es considerada una de las grandes tendencias del año. 

Un NFT del artista Mike Winkelmann, conocido como Beeple, fue vendido a principios de noviembre en una subasta de Christie's en Nueva York por casi 29 millones de dólares (unos 26 millones de euros). 

Esto coloca a los NFT a la misma altura de las cotizaciones de las grandes obras del arte clásico. Como ejemplo, una obra de la artista mexicana Frida Kahlo (1907-1954) fue subastada pocos días después por Sotheby's en 35 millones de dólares. 

Johanna Neuschäffer, de la Galería Office Impart de Berlín, afirma que el hecho de que la ola cripto haya llegado ahora también al mundo del arte es una consecuencia lógica. En su opinión, la tecnología blockchain democratiza no solo el sector de las finanzas, sino también el mercado del arte.

"El auge del arte digital comenzó sin embargo mucho tiempo antes, en los años 80 y 90", señala la experta. Con la tecnología criptográfica se ha sumado un nuevo medio que simplifica el comercio.

Una de las ventajas de los NFT es que son a prueba de falsificaciones. Todo es transparente, los precios y las transacciones son visibles. Además, los artistas pueden seguir obteniendo ganancias por los derechos de autor si la obra se revende. 

Este es un "momento emocionate en la historia del arte", afirma la historiadora de arte. 

"Esto es algo totalmente nuevo", afirma por su parte el experto en blockchain Hilmar Orth. El especialista advierte sin embargo que existe una burbuja especulativa "que tarde o temprano estallará". 

Entre los compradores de este nuevo estilo de arte se encuentran diversos tipos de personas, entre ellos coleccionistas, programadores y especuladores. El mercado de capitales no se salva de los NFT. "La gente no solo quiere arte en sus paredes, sino también en sus teléfonos celulares", señala Neuschäffer. 

Orth opina algo similar: "En 2021, el mayor símbolo de estatus es poseer un NFT de medio millón y tenerlo como imagen de perfil en Twitter". Como por ejemplo, el comediante estadounidense Jimmy Fallon, conocido conductor de programas de televisión. 

¿Pueden convertirse los NFT en un peligro para las galerías de arte? La galerista Neuschäffer y el experto en criptotecnología Orth aseguran que no sería el caso. 

El criptoartista Guillermo Carrasquero considera, en cambio, que se trata de una "descentralización del poder". En su opinión, galeristas y coleccionistas de arte tenían hasta ahora la soberanía para decidir lo que era el buen arte, pero ahora lo deciden las masas. Según Carrasquero, esta es una nueva era. 

Anneli Botz, directora de la galería König de Berlín, observa asimismo la creciente demanda de obras de arte digitales. Mientras la vida análoga se paralizaba durante la pandemia de coronavirus, florecía el mundo digital, la vida en línea, indica.

También los artistas se volcaron más al espacio digital "porque uno se enfrenta más con las pantallas", explica Botz. En consecuencia, señala, el arte digital también ha mejorado, y el furor en torno a los NFT en tiempos de coronavirus y blockchain "no es casualidad". 

El criptoarte no es un fenómeno totalmente nuevo. Según el experto en fintech Garry Krugljakow, en 2018 hubo un primer auge de los NFT, pero luego se aplacó un poco. "A raíz de la pandemia, las criptomonedas se fueron a las nubes y una gran parte del dinero fluyó a los mercados", opina.  

Muchos de los que invirtieron en cripto no volvieron a cambiar sus criptomonedas en dinero tradicional. Estos fondos fueron invertidos no solo en monedas digitales sino también en arte basado en la tecnología blockchain. 

dpa

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