Todos aquellos que guardan fotos en su teléfono móvil están familiarizados con la opción de almacenar sus archivos en la nube, a más tardar cuando se quiere compartirlos con otros. Pero, ¿qué es realmente la nube? ¿Y qué sucede con los datos allí guardados? El diccionario define la nube como una "red de varios ordenadores utilizada en la computación en la nube". O sea: una nube de ordenadores. El término "nube" se refiere al símbolo que utilizan los técnicos informáticos en los diagramas para visualizar los sistemas informáticos externos que se integran en una red propia. La computación en la nube se define entonces como "la utilización de infraestructuras y servicios informáticos que no se mantienen en ordenadores locales, sino que se alquilan como servicio y a los que se puede acceder a través de una red (por ejemplo, Internet)". Es decir que, hoy en día, los ordenadores en la nube son casi siempre servidores de Internet, normalmente incluso granjas enteras de servidores. Mientras que las empresas, en particular, también externalizan a los ordenadores en la nube procesos informáticos y aplicaciones, los consumidores privados utilizan la nube para almacenar y recuperar datos en un sentido más amplio. Sin embargo, los límites entre ambos usos son fluidos. En el caso del alojamiento de sitios web o, sobre todo, de juegos en la nube, no se trata solo de externalizar el almacenamiento, sino también la potencia de cálculo. Muchas actividades de la vida cotidiana, que está cada vez más interconectada, funcionan a través de las nubes. "En algunos ámbitos, el uso de la nube es ya tan evidente que ni siquiera pensamos en ello, por ejemplo, cuando se trata de música y vídeos a través de servicios de streaming y bibliotecas multimedia", afirma Markus Nispel, de la empresa estadounidense Extreme Networks, especializada en tecnología de redes. En el caso de los servicios de almacenamiento y sincronización en línea, por ejemplo, la gente se beneficia de las opciones de uso móvil y descentralizado: "Una nube es, por tanto, especialmente útil para cualquiera que quiera acceder a los datos desde diferentes dispositivos, ya sea un portátil, un teléfono móvil o una tableta", señala Christian Just, de la revista especializada alemana "Computer Bild". "Una nube no solo almacena datos, sino que también gestiona y almacena de forma centralizada citas, notas, direcciones, números de teléfono, contraseñas y, por lo general, también crea automáticamente copias de seguridad de los documentos de Office en los que se está trabajando", continúa Just. Por supuesto, en el almacenamiento en línea, los datos también se pueden compartir con otros, por ejemplo, vídeos que son demasiado voluminosos para ser adjuntados a un correo electrónico. El almacenamiento en línea es idóneo especialmente para aquellos a los que les gusta hacer todo lo posible con su móvil. "En los teléfonos inteligentes y las tabletas, el uso de discos duros es bastante engorroso", afirma Christian Just. "En esos casos, el almacenamiento en la nube es mucho más práctico, sobre todo porque a menudo existe la opción de ir guardando automáticamente, por ejemplo, fotos en la nube". En el caso de pérdida o mal funcionamiento de los dispositivos, los datos quedan almacenados también, o incluso exclusivamente, en servidores de Internet y siguen estando disponibles. Sin embargo, ni siquiera la nube puede sustituir una verdadera copia de seguridad local en un medio de almacenamiento externo, como memorias USB o discos duros; al fin y al cabo, los datos también pueden perderse en los servidores de Internet. Por ese motivo, se recomienda subir al menos los datos personales y sensibles solo en forma encriptada al almacenamiento en línea. Si el proveedor de la nube no ofrece esta opción, se puede utilizar software como Boxcryptor o Cryptomator. Ambas herramientas cifran y descifran no solo en los ordenadores, sino también en los dispositivos móviles. ¿Y qué hay de la seguridad? "Los proveedores de nubes acreditados ofrecen centros de procesamiento de datos y de nube en Europa, o incluso en Alemania, y, por lo tanto, lo hacen cumpliendo las directrices de protección de datos (DSGVO) y certificaciones válidas y asegurando los datos de sus clientes de la mejor manera posible", afirma Markus Nispel. Se recomienda tener cuidado cuando proveedores desconocidos ofrecen un gran espacio de almacenamiento en la nube de forma gratuita, advierte Christian Just. "Las empresas que ponen a disposición generosos espacios de almacenamiento de uso gratuito no son fiables. Existe tanto el peligro de que quiebren y haya que trasladar los datos, como también el riesgo de que se escatime en seguridad". Hay numerosos proveedores de almacenamiento en línea: Box, Dropbox, Pcloud, Securesafe, Spideroak o Your Secure Cloud son solo algunos ejemplos. Además, los proveedores de sistemas operativos o de correo suelen incluir unos cuantos gigabytes de espacio de almacenamiento gratuito en sus paquetes gratuitos, como Google Drive, Microsoft Onedrive o Apple iCloud. "Una cuenta de Google incluye 15 gigabytes de espacio de almacenamiento; Microsoft, y Apple con su iCloud, ofrecen 5 gigabytes. Si se necesitan más, se obtienen entre 50 y 100 gigabytes más por uno o dos euros al mes", puntualiza Christian Just, de "Computer Bild". Sin embargo, los usuarios que hacen muchas fotos y películas alcanzan rápidamente el límite, incluso disponiendo de paquetes de muchos gigabytes. Según Just, aquí es donde se justifica recurrir a los servicios de Flickr, un sitio web que a través de una suscripción permite almacenar, ordenar y compartir fotografías o vídeos en línea. dpa