IRBIL, Irak (AP) — Un segundo grupo de iraquíes volvieron a su país el viernes tras un intento fallido de entrar a la Unión Europea y denunciaron los malos tratos y abusos sufridos a manos de las autoridades de Bielorrusia.
Más de 170 personas regresaron en un vuelo que aterrizó pasadas las 02:00 de la madrugada en el aeropuerto internacional de Irbil, en la región del norte de Irak gobernada por los kurdos. Entre los repatriados desde Bielorrusa, un número desproporcionado eran kurdos iraquíes. Fue el segundo vuelo de este tipo que partió desde Minsk luego de la vuelta de otras 430 personas el jueves.
Se esperaba la llegada de otro avión a primera hora de la mañana del viernes, según un tuit de Lawk Ghafuri, vocero del gobierno semiautónomo del Kurdistán.
Todos los migrantes hablaron de la crueldad de las autoridades fronterizas bielorrusas, desde golpizas a amenazas, y de los intentos de empujarlos a Polonia y Lituania, países vecinos que forman parte de la Unión Europea.
“Estamos muy agradecidos por haber llegado a casa, porque la humanidad y la justicia que se dice de Europa están muy lejos de la realidad. No es en absoluto cierto. Nos han golpeado mucho", dijo Awat Nassir, uno de los migrantes, en el aeropuerto.
“Ahora, la gente se arrepiente de haber ido allí y pide regresar a casa, porque en Bielorrusia ahora hay 15 grados bajo cero", agregó.
Miles de migrantes siguen varados entre las fronteras. La mayoría huyen de los conflictos o la falta de esperanza en Oriente Medio y su objetivo es llegar a Alemania o a otras naciones del oeste de Europa. Pero Polonia ha adoptado una postura férrea para impedir su paso y Bielorrusia no quiere que regresen a su capital, Minsk, ni que se asienten en el país.
Occidente ha acusado al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de utilizar a los migrantes como peones para desestabilizar al bloque de 27 naciones en represalia por las sanciones impuestas por Bruselas contra su régimen autoritario. Bielorrusia niega haber orquestado la crisis, pero desde el verano recibe a migrantes que luego han intentado cruzar a Polonia, Lituania y Letonia.
“Lo más dificil es ver a los niños varados allí”, dijo Emad Hussein, otro retornado. “Es muy duro”.