El partido dominante de Guinea Ecuatorial no escogió el miércoles en su congreso a ningún candidato para las elecciones presidenciales en 2023, entendidas previamente como el fin del mandato de Teodoro Obiang Nguema tras 42 años en el poder.
Llegado al poder en 1979 con un golpe de Estado, Obiang estaba en clara retirada de la política desde hace meses, preparando a su hijo Teodorín, actual vicepresidente de la república y el partido de 53 años, para sucederlo.
Desde el lunes, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) celebraba en la ciudad de Bata su congreso, que suele la ocasión de designar un candidato para un mandato de siete años al frente del país.
Pero, para sorpresa general, la reunión terminó el miércoles por la noche sin ningún anuncio en este sentido.
Teodorín parecía el relevo claro, pero en las últimas semanas, algunos caciques del régimen habían presionado para mantener en el poder al actual mandatario de 79 años, el más longevo del mundo exceptuando las monarquías.
"Más vale un amigo conocido que un amigo por conocer", dijo el lunes el jefe de Estado sin dar más precisiones.
"La salida natural de este congreso es mantener el statu quo con Teodoro Obiang como candidato a un nuevo mandato", dijo la especialista de este país Ana Lucia Sa, de la Universidad de Lisboa, señalando el aumento de tensiones en la élite dirigente sobre la sucesión de Obiang.
El PDGE fue el único partido hasta 1991, cuando el poder permitió pequeños movimientos satélites o de "oposición", aunque el mandato del autoritario dirigente es incuestionable.
País rico en gas y petróleo, Guinea Ecuatorial tiene una mayoría de sus 1,3 millones de habitantes bajo el lindar de la pobreza, según el Banco Mundial.
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