Un día después del trágico accidente de autobús en Bulgaria en el que murieron 46 personas, en su mayoría ciudadanos de Macedonia del Norte, comienzan a surgir detalles sobre el "horror" sufrido en el momento del siniestro.
El accidente ocurrió el martes de madrugada, a 40 km al sur de Sofía. El vehículo, en el que viajaban 12 menores, formaba parte de un convoy de cuatro autobuses que transportaban turistas que regresaban de un fin de semana en Estambul. Se dirigía hacia Skopie cuando chocó contra el guardarraíl de seguridad en una carretera mojada.
"Los neumáticos estallaron y se desató un incendio", señaló Lulzim Sulejmani, uno de los siete supervivientes, desde su habitación en un hospital de Sofía.
"Salía mucho humo, la gente comenzó a vomitar y a gritar como en una película de terror", señaló a la cadena de televisión Klan Macedonia.
"Tomé el martillo del vehículo y rompí una ventana, saqué a mi novia y otras cinco personas", declaró este serbio de 26 años.
Su novia, Medina Lutfi, de 25, dormía en ese momento al igual que la mayoría de los pasajeros, por lo recuerda vagamente los hechos.
"No sé cómo pude salir. Cuando vi la ventana abierta detrás de mí, salté. Escuché a niños que lloraban", indicó.
Los sobrevivientes, tratados sobre todo por fracturas y quemaduras, sufren "un estrés enorme", dijo a los periodistas Maya Argirova, jefa del centro de quemados donde fueron internados.
El ministro del Interior búlgaro describió el martes "escenas aterradoras", describiendo cadáveres "entremezclados y reducidos a cenizas".
Inmediatamente se abrió una investigación para tratar de "aclarar las causas del accidente para saber si se debió un defecto técnico o un error humano", añadió.
En Europa no se registraba un accidente de autocar de estas características desde 2010, cuando en Ucrania un tren chocó contra un autobús en un paso a nivel y murieron 45 personas.
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