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Por Fabián Andrés Cambero
SANTIAGO, 17 nov (Reuters) -"Si Chile fue la cuna del neoliberal, también será su tumba", fue una de las frases más destacadas del discurso de victoria de Gabriel Boric en las primarias de julio, que lo convirtieron en el candidato de la coalición entre el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista.
Con apenas 35 años, el egresado -aunque no titulado- en Derecho de la Universidad de Chile busca convertirse en el más joven presidente electo del mayor productor mundial de cobre.
Pese a lograr casi al límite inscribir las 35.000 firmas que avalaran su candidatura, venció holgadamente al popular alcalde capitalino Daniel Jade -del Partido Comunista- para ser la carta del conglomerado.
"No le tengan miedo a la juventud para cambiar este país", dijo en su discurso al ganar la candidatura del bloque Apruebo Dignidad.
Con su candidatura a la silla del palacio de La Moneda quedó atrás su antigua imagen con desaliñada cabellera y muy poblada barba que le identificaron desde su época de presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Oriundo de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, fue uno de los líderes de las protestas estudiantiles que estallaron en 2011 durante el primer gobierno de Sebastián Piñera en demanda de mejoras en la calidad en la educación y el avance a la gratuidad.
Pese a su convicción a avanzar en cambiar el modelo económico capitalista que ha regido en Chile en las últimas décadas, algunos de sus aliados no respaldan su tono conciliador.
Durante la campaña ha sido blanco de quienes consideran que tiene poca experiencia para la relevancia del cargo, lo que le ha llevado incluso a errores en el manejo de diversas cifras económicas.
"Para nosotros lo importante es que cuando yo cometa algún error respecto a las cifras vamos a tener un equipo que nos respalde", dijo tras los cuestionamientos.
También ha sido criticado por el apoyo que ha dado el Partido Comunista al gobierno de Venezuela, pero el joven candidato ha marcado distancia llamando a que se respeten los derechos humanos.
El actual diputado fue duramente criticado por sus aliados por integrar y suscribir el "Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución", adoptado en noviembre de 2019 tras el estallido y que dio paso al proceso de reescritura de la Constitución, actualmente avanzando.
"Lo que sí estoy convencido en que para hacer política uno tiene que estar dispuesto a sentarse a dialogar, debatir con firmeza con quienes piensan diferente a uno, porque quedarse en la comodidad de hablar solo con quienes piensan igual a uno puede ser satisfactorio, pero no transforma la realidad", dijo en una entrevista con el diario La Tercera a fines de 2019.
Se disputa el liderazgo en las encuestas con el exlegislador de derecha José Antonio Kast, apoyado por simpatizantes del fallecido dictador Augusto Pinochet.
JP Morgan consideró en un informe que las posibilidades de que Boric sea derrotado son bajas y destacó la "moderación" que ha mostrado en algunos aspectos de su discurso.
La firma citó el ejemplo de Perú, donde el izquierdista Pedro Castillo, quien planteaba cambios radicales, se ha moderado tras su llegada al poder.
Pese a que en un momento levantó inquietud al afirmar que en su eventual gobierno se revisarían los tratados comerciales que ha suscrito el país, posteriormente su equipo dijo que no se haría de forma unilateral y se buscaría más bien "modernizarlos" al contexto actual y eliminar condiciones "desventajosas".
Casi en la recta final de la campaña, Boric tuvo que suspender sus actividades por una semana y someterse a cuarentena al resultar positivo por COVID-19, lo que también perjudicó a otros tres candidatos que compartieron con él en un debate, aunque ninguno resultó infectado.
(Editado por Natalia Ramos y Carlos Serrano)