Hizo liberar a criminales juveniles. ¿Logrará su libertad?

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NUEVA ORLEÁNS (AP) — En los últimos años, cientos de personas condenadas a cadena perpetua por crímenes cometidos siendo menores de edad recuperaron la libertad tras un fallo de la Corte Suprema, que dijo que los jóvenes pueden cambiar y deben recibir una segunda oportunidad.

Pero el reo cuyo caso hizo posible este cambio, Henry Montgomery, de 75 años, sigue detrás de las rejas, casi seis décadas después de su detención en 1963. Ello podría cambiar el miércoles, en que las autoridades de Luisiana se reunirán por tercera vez para decidir si se le debe dar la libertad bajo palabra.

“El estado se quedó con 58 años de la vida de Henry Montgomery. No le queda mucho más. ¿Qué valor tiene hacerlo pasar un par de años más allí?”, preguntó Andrew Hundley, quien dirige el Louisiana Parole Project, un programa que ofrecerá alojamiento y apoyo a Montgomery si es liberado. “Yo no le veo ninguno”.

Montgomery fue detenido tras matar a tiros a Charles Hurt, un policía de East Baton Rouge que lo había pillado faltando a clases. Tenía 17 años por entonces. Inicialmente fue condenado a muerte, pero la Corte Suprema estatal anuló esa condena en 1966, diciendo que no había recibido un juicio justo. Montgomery fue juzgado nuevamente y condenado a cadena perpetua.

En esa época, prevalecía una política de “enciérrelo y tire la llave”, particularmente en Luisiana, donde la tasa de encarcelamientos era desde hacía tiempo la más alta del país. No se hacían excepciones con los menores de edad, considerados a menudo como “superdepredadores” irredimibles.

Pero fallos recientes de la Corte Suprema han hecho a un lado la política de mano dura y adoptado posturas más moderadas.

En el 2012, en el caso Miller v. Alabama, la corte dispuso que las condenas a cadena perpetua sin posibilidades de libertad bajo palabra eran un castigo “cruel e inusual”. El fallo se basó en la noción de que la personalidad de los menores todavía se está formando y que con frecuencia actúan de forma imprudente. La corte dijo que los delincuentes juveniles pueden cambiar, con excepción de casos extremos, y que se les debería dar la oportunidad de salir de la cárcel.

En el 2016, la Corte Suprema tomó el caso de Montgomery y emitió un fallo retroactivo, que dio a cientos de reos condenados a cadena perpetua por delitos cometidos siendo menores de edad la posibilidad de recuperar la libertad.

Desde entonces, unas 800 personas condenadas a cadena perpetua sin posibilidades de recibir libertad bajo palabra fueron liberadas, según la Campaign for the Fair Sentencing of Youth (Campaña por una Sentencia Justa a los Juveniles). Actualmente hay unas 656 personas cumpliendo condenas a cadena perpetua sin la posibilidad de libertad bajo palabra, comparado con las 2.800 que había hace cinco años, indicó la organización.

Activistas destacan los grandes cambios que ha habido desde que se decidió el caso de Miller. Veinticuatro estados y el Distrito de Columbia descartaron las condenas a cadena perpetua de los juveniles. En el 2012 solo cinco estados las habían descartado. En otros seis estados se mantiene esa sentencia, pero no hay reos condenados a perpetua sin la posibilidad de recibir la libertad bajo palabra.

En Luisiana, 96 de los aproximadamente 300 reos que cumplían condenas a cadena perpetua por delitos cometidos siendo menores han sido librados, de acuerdo con información recopilada por el Parole Project y el Louisiana Center for Children’s Rights (LCCR), que representa presos que cometieron delitos cuando eran menores. Luisiana, sin embargo, no hizo a un lado las condenas a cadena perpetua sin posibilidad de libertad bajo palabra y LCCR dice que sigue aplicando esa condena, generalmente a menores de raza negra.

Cuando Montgomery comenzó a cumplir su sentencia en Angola, esa cárcel era un sitio violento, en el que los ataques a reos y guardias eran frecuentes. No había casi programas de rehabilitación, sobre todo para reos que, en teoría, nunca recuperarían la libertad.

Montgomery ayudó a crear algunos de los programas que existen hoy, como un club de boxeo, según sus partidarios. Trabaja desde hace años en un taller de serigrafías del penal, en el que en numerosas ocasiones fue elegido el empleado del mes, según dijo su abogada la última vez que se consideró la posibilidad de dejarlo en libertad bajo palabra.

Su actual abogado, Keith Nordyke, dice que Montgomery no escucha bien y cuesta comunicarse con él a través de Zoom. En vistas previas para considerar su posible libertad, indicó, Montgomery no entendía bien lo que se decía.

Hurt, el policía que mató Montgomery, estaba casado y tenía tres hijos. Dos de sus hijas se han encontrado con Montgomery en la cárcel y lo han perdonado, pero la familia se opone a su liberación.

La última vez que se consideró su libertad bajo palabra, dos de los tres miembros de la junta que se pronunció votaron a favor. Pero se necesitaba unanimidad para que fuese dejado en libertad. Esta vez bastaría solo una mayoría.

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