Por Oliver Griffin
BOGOTÁ, 8 nov (Reuters) - El robo a oleoductos en Colombia está en auge, a medida que los grupos criminales refinan el crudo extraído para producir cocaína, en reemplazo de los menguados suministros de gasolina barata que en el pasado traían de contrabando desde la vecina Venezuela, según cifras oficiales a las que tuvo acceso Reuters.
El robo de crudo en el país sudamericano, principalmente del oleoducto Caño Limón-Coveñas, cerca de la frontera con Venezuela, alcanzó un máximo en al menos seis años en la primera mitad de 2021, según datos del operador estatal de las tuberías Cenit. El petróleo robado se procesa en refinerías clandestinas y se convierte en una gasolina rudimentaria conocida como "pategrillo" -llamado así por su color verde-, que se utiliza en la producción de cocaína, dijeron la policía y analistas.
Las bandas criminales colombianas también envían el combustible artesanal a Venezuela, que sufre una escasez crónica en medio de un colapso económico de larga duración, revelaron las fuentes.
El movimiento es una reversión de las tendencias históricas, cuando la gasolina se introducía de contrabando en Colombia desde el vecino país miembro de la OPEP.
"Ahora se revierte", dijo a Reuters Yessica Prieto, directora de proyectos e investigaciones del grupo colombiano de defensa de la energía Crudo Transparente.
"Las mafias colombianas o los grupos ilegales son quienes están hurtando crudo colombiano, lo están refinando de manera ilegal, obviamente artesanal, y pasa en la frontera hacia Venezuela", aseguró.
Un promedio de 3.299 barriles de petróleo por día fueron robados en Colombia en el primer semestre de este año, frente a los 1.796 barriles por día en todo 2016, según Cenit, una subsidiaria de la petrolera estatal colombiana, Ecopetrol.
En comparación con 2020, cuando hurtaron un promedio de 2.744 barriles de crudo por día, el robo de petróleo en Colombia aumentó una quinta parte durante el primer semestre de este año.
Si bien el robo de petróleo aumentó, la cantidad de gasolina detenida bajo sospecha de contrabando disminuyó drásticamente durante el mismo período, según datos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN), a los que tuvo acceso Reuters.
Además de crudo, los grupos ilegales roban gasolina y diésel de los poliductos.
FUENTE DE FINANCIACIÓN
El robo de combustible a los oleoductos es la tercera fuente de financiación de los grupos armados ilegales después del narcotráfico y la minería ilegal, según fuentes de seguridad.
Las autoridades de cinco departamentos a lo largo de los 2.219 kilómetros de la frontera con Venezuela detuvieron un máximo de 694.894 galones de combustible durante 2017. Esa cifra cayó a 107.616 galones para 2020, según la DIAN.
En la primera mitad de 2021 solo se aprehendieron 18.484 galones de combustible.
La agitación en Venezuela, donde la producción y refinación de petróleo cayó drásticamente, así como el éxito de la legislación contra el contrabando, explicaron la caída del contrabando de combustible, dijo la DIAN.
La crisis en el vecino país "ha incentivado la salida de hidrocarburos desde Colombia hacia Venezuela dado que resulta más económico", dijo la DIAN en un correo electrónico.
La inmensa mayoría del robo de petróleo ocurre a lo largo del oleoducto Caño Limón-Coveñas, con 2.430 barriles de crudo por día durante la primera mitad de 2021.
En 2020 el robo del oleoducto alcanzó 2.008 barriles de petróleo cada día, reveló Cenit.
Una vez refinado, el crudo hurtado se utiliza para hacer pasta de coca, precursor de la cocaína.
Las hojas de coca se mezclan con gasolina para extraer ciertos compuestos vegetales, lo que requiere de galones de combustible para producir un solo kilo.
También puede enviarse a Venezuela o usarse para maquinaria en lugares donde se realiza minería ilegal, dijo la policía colombiana.
"El principal uso es en el procesamiento de alcaloides en el proceso para producir clorhidrato de coca, que es cocaína", dijo a Reuters el general Jesús Alejandro Barrera, director de la Policía de Carabineros y Seguridad Rural de Colombia.
"Cuando (los grupos criminales) vieron que ya no se podía traer la gasolina directamente de Venezuela, entonces dijeron 'vamos a sacar este pategrillo para utilizarlo como insumo en el procesamiento de alcaloides", explicó.
La reparación de los daños en el Caño Limón-Coveñas causados por las válvulas ilícitas utilizadas para robar el crudo, sumado a los bombardeos de la guerrilla de izquierda del ELN, costó 42.000 millones de pesos, casi 11 millones de dólares, el año pasado, dijo la vicepresidenta de oleoductos de Cenit, Sandra Milena Orozco.
(Reporte de Oliver Griffin, traducido por Nelson Bocanegra)