La empresa británica Land Rover quiere competir por el primer puesto en el segmento de los SUV y ha decidido lanzar un nuevo Range Rover. La quinta generación del lujoso todoterreno saldrá a la venta a finales de año. El modelo se basa en una plataforma completamente nueva y está equipado por primera vez con dirección a las cuatro ruedas y compensación de balanceo controlada electrónicamente. Además, tiene un diseño aún más reducido que su predecesor. El Range Rover se comercializará en dos versiones. Además de la versión estándar con una distancia entre ejes de 3,00 metros y una longitud de 5,05 metros, los británicos también ofrecen una configuración XL con ambos parámetros aumentados en 20 centímetros. Esta no solo está disponible como cuatro plazas con sillones en la parte trasera, sino por primera vez también con una tercera fila de asientos. Los ingenieros han integrado dos asientos adicionales en el portón trasero, tradicionalmente dividido en dos piezas. Según el fabricante, en posición vertical, este puede convertirse en un cómodo banco de picnic en solo dos pasos. Todas las versiones tienen en común un lujoso interior, que incluye elementos de revestimiento cerámicos y un sistema operativo muy simplificado y en gran medida digitalizado. Además, según Land Rover, hay numerosos asistentes para el confort, la seguridad y la conducción fuera de carretera. Land Rover también ofrece más opciones que nunca en cuanto a motores. Además de variantes diésel de seis cilindros con tres litros de cilindrada y 183 kW/250 CV, 221 kW/300 CV o 258 kW/350 CV, habrá también un motor de gasolina de seis cilindros de 294 kW/400 CV y un V8 de 4,4 litros con 390 kW/530 CV adquirido al fabricante alemán BMW. También hay dos híbridos enchufables que equipan un motor de gasolina de seis cilindros. Los modelos ofrecen prestaciones de 324 kW/440 CV o 375 kW/510 CV y, según el fabricante, garantizan una autonomía eléctrica de 100 kilómetros con una batería de 38 kWh. Esto reduce el consumo estándar a apenas un litro y las emisiones de CO2 a menos de 30 g/km. Con un Range Rover completamente eléctrico anunciado para dentro de tres años, los británicos prometen aún menos emisiones. dpa