Barcelona (España), 3 nov (EFE).- "Estamos matando el planeta, nos lo estamos cargando, y yo formo parte de esta destrucción, de este engranaje", avisó este miércoles en Barcelona la escritora galesa Manon Steffan Ros, autora de la distopía "El Libro Azul de Nebo", premiado como el mejor libro en lengua galesa en 2019.
Un mensaje que lanzó en el arranque este miércoles en Barcelona del Festival 42 sobre géneros fantásticos, en un encuentro con periodistas, donde la novelista no escondió que creció con pesadillas recurrentes sobre una posible catástrofe nuclear -no vivía muy lejos de la central de Wylfa- y sobre si los cuatro miembros de su familia, en caso de una explosión, podrían reencontrarse para vivir juntos.
Luego, ya adulta, ese miedo prácticamente desapareció hasta que fue madre y entonces sintió la necesidad de plasmarlo de alguna manera.
"El miedo siempre es mi desencadenante para escribir cualquier cosa", confesó esta autora de literatura juvenil, que también forma parte del dúo musical Bladau Gwylltion y que ha visto cómo su obra, según el Nation Cymru, ya es la novela en galés más leída de la década.
En "El Libro Azul de Nebo", Manon Steffan Ros, que siempre escribe en galés, una lengua minoritaria de unos 700.000 hablantes, relata lo que ocurre cuando llega el fin del mundo tal y como se conoce, hacia 2018, y cómo sobreviven en un lugar remoto del norte de Gales el pequeño Sion y su madre Rowenna, solos, sin electricidad, obligados a cultivar la tierra y a llevar a cabo diferentes inventos, mientras anotan sus pensamientos en un cuaderno.
Pese a su creencia de que el mundo va por mal camino, también dijo que nota y palpa una mayor concienciación: "La gente está convencida de que esto va en serio y de que hay que prepararse".
"Pienso -argumentó- que estamos a punto de vivir cambios ambientales enormes que nos afectarán a todos y que la cosa no pinta nada bien. Cada vez tengo más miedo e, igual que le ocurre a la madre del libro, Rowenna, yo también estoy aterrorizada por la climatología extrema, que creo que acabaremos viviendo".
Además de escribir para intentar procesar el mundo a su alrededor "y entenderlo", también ha querido con esta historia "explorar la relación entre madres e hijos". "Esa cosa instintiva de quererlos primero tener para ti y luego enseñarles a ser independientes, a que se desprendan de ti, aunque no los quieras perder".
Entusiasmada de que ahora llegue a un público amplio a nivel mundial, insistió en que no ha escrito su libro en galés "como una declaración política" y que no pretende hacer un homenaje al galés, que es su lengua materna, "aunque si hay un efecto y unas consecuencias es maravilloso". "Escribo en galés porque para mí es lo más natural, me sale de dentro, del corazón", detalló.