WASHINGTON (AP) — El FBI publicó el miércoles cientos de páginas de documentos desclasificados recientemente sobre su prolongada labor para explorar conexiones entre el gobierno saudí y los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, revelando el alcance de una ardua, pero a final de cuentas infructuosa, investigación cuyo resultado muchos cuestionan hasta este día.
Durante más de una década, los agentes investigaron el apoyo que recibieron varios de los secuestradores a su llegada a Estados Unidos, enfocándose en particular en si tres ciudadanos saudíes —entre ellos un funcionario de la embajada de Arabia Saudí en Washington— tenían conocimiento por anticipado de los atentados.
A final de cuentas, los investigadores no encontraron evidencia suficiente para acusar a alguno de los tres con cargos de apoyar ilegalmente a los secuestradores, según un memo del FBI con fecha de mayo con el que se puso fin a la pesquisa y se encontraba entre las más de 700 páginas dadas a conocer el miércoles.
El FBI destacó en el memo que Al Qaeda dividió las funciones de sus principales ataques y “no reveló con anticipación los planes de sus atentados a los demás" por temor a que se filtrara la noticia.
“En específico, en relación con los ataques del 11 de septiembre, los secuestradores sabían que era una operación de martirio, pero no supieron de la naturaleza de la operación hasta poco antes del ataque, por motivos de seguridad de la operación", asegura el memo del FBI. Se desconoce cómo es que el FBI llegó a esta conclusión, considerando que todos los secuestradores murieron en el atentado.
Los documentos son el material más reciente en hacerse público en virtud de una orden ejecutiva del presidente Joe Biden para difundir reportes investigativos relacionados con los ataques, mismos que eran confidenciales. Otro documento de investigación se dio a conocer en el 20mo aniversario de los atentados.
Los familiares de las víctimas buscaban tener acceso a los registros, ya que han demandado en un tribunal federal de Nueva York para intentar demostrar que el gobierno saudí fue cómplice de los atentados, algo que las autoridades de Riad rechazan vehementemente.
La embajada de Arabia Saudí en Washington no respondió de momento a una solicitud de comentarios el miércoles, pero en septiembre pasado emitió un comunicado en el que señaló que las acusaciones eran infundadas y categóricamente falsas.