Movilidad urbana: ¿cuándo serán realidad los taxis aéreos autónomos?

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ARCHIVO - Un Volocopter eléctrico
ARCHIVO - Un Volocopter eléctrico levanta vuelo. Foto: Marijan Murat/dpa

El futuro parece estar muy cerca, y los taxis aéreos autónomos podrían ser la próxima solución para los problemas de transporte en las ciudades. Las investigaciones y ensayos comenzaron hace años. ¿Qué tan lejos está la visión de la realidad?

La idea de máquinas voladoras autónomas que podrían aliviar el tráfico lleva tiempo en la mente de muchas empresas, e incluso ha catapultado el tema a la opinión pública. Muchas start-ups, como la alemana Volocopter, se han sumado a la carrera por certificar el primer vehículo aéreo autónomo que sobrevuele una ciudad. 

"Ya hay muchos prototipos técnicamente maduros, pero todavía no se han probado en condiciones reales", afirma Michael Decker, del Instituto de Evaluación Tecnológica y Análisis de Sistemas (ITAS) de la ciudad alemana de Karlsruhe. Según el académico, hay muchas preguntas sin respuesta: "Por ejemplo, ¿dónde se les permitiría despegar y aterrizar, y cómo serían los niveles de ruido durante el día o la noche, dadas las ya muy estrictas directrices alemanas?" 

Otra cuestión importante, prosigue, es si la aeronave tendrá o no un piloto a bordo: "Si el aparato vuela de forma completamente autónoma, entran en juego algunas cuestiones de aceptación", acota. "En un día soleado y sin viento podría no haber problemas, pero en una tormenta o un temporal el viaje puede llegar a volverse muy incómodo para algunas personas", puntualiza.

De hecho, la aceptación sigue siendo escasa, como constataron investigadores del Instituto Fraunhofer de Ingeniería Industrial (IAO), con sede en Stuttgart, en una encuesta realizada a usuarios de Alemania, Estados Unidos y Corea del Sur. Según el estudio, casi el 40 por ciento de los encuestados en Alemania no se subiría a un taxi aéreo autónomo, y un buen 28 por ciento lo considera bastante improbable. 

El temor y la aprensión prevalecen entre todos los grupos de edad. La conclusión del estudio, publicado en febrero de este año, es que los taxis aéreos autónomos para el transporte de personas en las ciudades son "todavía un tema que genera expectativas exageradas".

"Somos conscientes de los estudios críticos para determinar la aceptación", replica Florian Reuter, director general de Volocopter, y arguye que un estudio de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Stuttgart de 2019 muestra que la aceptación es mucho mayor una vez que los propios encuestados han tenido la oportunidad de ver volar un taxi aéreo. 

En diciembre de 2019, un taxi aéreo Volocopter sobrevoló la ciudad de Stuttgart, por primera vez ante público en una ciudad europea. Posteriormente, se entrevistó a unos 1.200 de los 12.000 espectadores: el 67 por ciento manifestó que era probable o muy probable que utilizara un taxi aéreo.

La empresa con sede en la ciudad de Bruchsal, en el sur alemán, lleva más de diez años trabajando en el tema de los taxis aéreos, "somos pioneros en este campo, no nos dejaremos disuadir tan rápido", enfatiza Reuter, y añade que Volocopter quiere ofrecer rutas comerciales a tiempo para los Juegos Olímpicos de 2024 en París, siempre y cuando las autoridades de esa ciudad lo consientan. "Todavía faltan algunas confirmaciones de entidades locales", explica.

Volocopter quiere superar el último obstáculo a finales de 2023 y luego comenzar a realizar pruebas, "entonces queremos estar en condiciones de volar a algunas localidades olímpicas desde el aeropuerto".

Sin embargo, Reuter quiere tomarse en serio las reservas sobre los taxis autónomos. "Primero volamos con un piloto, para así romper el hielo", señala. Las autoridades que regulan el espacio aéreo, añade, también se sienten más cómodas si hay un piloto a bordo, "porque todavía no existe el marco legal para un funcionamiento totalmente autónomo".

Existen numerosos proyectos de taxis aéreos en todo el mundo, los expertos calculan que hay entre 100 y 120. Muchas empresas, como Airbus, Daimler y Volkswagen, participan en el segmento. La start-up bávara Lilium también quiere pasar a la producción en serie con sus máquinas voladoras eléctricas en unos años y acaba de debutar en la bolsa estadounidense.

Sin embargo, según Decker, siguen faltando muchos de los requisitos cruciales para los vuelos comerciales: ni hay suficientes lugares de despegue y aterrizaje, ni existe un sistema eficaz de gestión del espacio aéreo que pueda dirigir miles o incluso decenas de miles de taxis aéreos sobre las ciudades en algún momento del futuro. A nivel europeo hay programas conjuntos, entre otros SESAR (Single European Sky ATM Research), que tienen como objetivo modernizar y armonizar los sistemas de gestión del tránsito aéreo.

Una cuestión completamente diferente es la de los costes. A la larga, un vuelo en taxi aéreo será comparable al precio de un viaje en taxi terrestre, asegura Reuter. Sin embargo, para que esto sea posible, tendrá que haber suficientes pasajeros, y el momento en que eso ocurra es muy incierto. 

El catedrático Decker, por su parte, no se atrevería a sentarse en un taxi aéreo autónomo por el momento: "Todavía hay demasiados imponderables", puntualiza.

dpa

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