Demócratas incrédulos con mapas electorales de republicanos

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RALEIGH, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) — Hace una década, los republicanos de Carolina del Norte elaboraron unos distritos electorales que, según un tribunal federal, privaba a los votantes de raza negra de su derecho a tener representación política. Una corte estatal anuló posteriormente mapas electorales preparados por los republicanos en base pura y exclusivamente a consideraciones políticas.

Ahora que se embarca en otra redistribución de distritos electorales, la legislatura, controlada por los republicanos, promete no usar la raza ni la afiliación política. Pero los mapas que están proponiendo los republicanos inclinarían la balanza hacia ese partido. Varios mapas que han circulado diluyen el voto demócrata dividiendo la ciudad más grande del estado, Charlotte —con la mayor cantidad de afroestadounidenses—, en tres o cuatro distritos y les daría a los republicanos una ventaja de diez representantes contra cuatro de los demócratas en un estado que Donald Trump ganó ajustadamente el año pasado.

Carolina del Norte es uno de al menos tres estados en los que los republicanos dicen que están elaborando mapas si tomar en cuenta la raza ni la afiliación política. Eso mapas, no obstante, siguen favoreciéndolos enormemente.

Los demócratas y organizaciones de derechos civiles se muestran incrédulos. Dicen que no hacen falta hojas de cálculo para saber dónde viven los votantes de cada raza y cada partido. Además, bajo ciertos escenarios, la Ley del Derecho al Voto exige que se elaboren distritos en los que la mayoría de los votantes son de minorías raciales o étnicas.

“Esta es la primera vez en que oigo hablar de esto”, expresó Thomas Saenz, presidente de la Fondo Mexicano-Americano de Defensa Legal y Educativo, que demandó a los republicanos de Texas por la confección de mapas electorales que dicen haber elaborado sin prestar atención a la raza. “Sospecho que tratan de montar una defensa en caso de un litigio. Porque conocen esa información. Saben dónde vive la comunidad negra. Saben dónde están los hispanos”.

Jason Torchinsky, consejero general del National Republican Redistricting Trust, dijo que ignorar la composición racial es apropiado en ciertas circunstancias, como en Carolina del Norte y Texas.

“Todo depende de dónde te encuentres”, afirmó Torchinsky.

Los mapas legislativos son siempre una feroz batalla porque el partido que controla el proceso puede elaborar distritos en los que saca el máximo provecho a sus votos y distribuir los del otro partido de forma tal que no pueden obtener mayorías.

En el 2019, la Corte Suprema dictaminó que los tribunales federales no pueden anular mapas injustos porque favorecen a un partido. Pero sí pueden anular mapas que se inclinan demasiado a favor de un partido y el tema de la raza sigue siendo muy espinoso.

Si las personas que elaboran los mapas procuran debilitar el poder de los votantes a partir de su raza, podrían violar el derecho constitucional a la misma protección para todos. Pero la Ley del Derecho al Voto exige considerar la raza si un estado tiene un electorado muy “polarizado racialmente”, en el que los blancos votan siempre contra candidatos apoyados por minorías raciales o étnicas. Se deben elaborar entonces distritos en los que las minorías constituyen una pluralidad o la mayoría de los votantes, de modo tal que salgan elegidos sus candidatos.

Los republicanos dicen que no tienen forma de salir ganando.

“Es un gran enigma y lo ha sido por la última década para los republicanos, porque cuando analizamos la raza, nos dijeron que no debíamos hacerlo y esos mapas fueron eliminados”, expresó el senador estatal de Carolina del Norte Paul Newton, copresidente de la comisión estatal a cargo de la redistribución de distritos electorales. “Ahora que no tomamos en cuenta la raza, el Partido Demócrata nos dice, ‘debieron haber estudiado la raza’”.

El Partido Republicano tiene el total control de la redistribución de distritos. Sus mapas no pueden ser vetados por el gobernador, quien es demócrata. Un tribunal federal dictaminó en el 2016 que Carolina del Norte amontonaba el bloque de votantes negros en dos distritos legislativos para diluir su poder y ordenó que se elaborase un nuevo mapa. En otro caso, otro grupo de jueces decidió que decenas de distritos legislativos habían sido elaborados según la raza. El mapa actualizado fue la base del caso del 2019 que llegó a la Corte Suprema.

Dos meses después, sin embargo, un tribunal estatal de Carolina del Norte dijo que la ventaja que tenían los republicanos en algunos de los nuevos distritos violaba la constitución del estado. A partir de este y otros fallos, los republicanos modificaron los mapas una vez más a fines del 2019, diciendo esta vez que no tomaban en cuenta la raza ni la afiliación política de los votantes, y lograron sortear los obstáculos legales.

En agosto, la legislatura aprobó una medida por la cual no se tomarán en cuenta la raza ni la afiliación política al elaborar los mapas electorales, luego de conocerse los datos del último censo. Algunos legisladores dijeron que, después de las épicas batallas legales de la década previa, un tribunal federal había determinado que el estado no tenía un electorado polarizado según la raza y que no había que prestar particular atención a ese factor.

Los demócratas y organizaciones de derechos civiles se oponen firmemente. La Southern Coalition for Social Justice (Coalición del Sur por la Justicia Social) envió a los republicanos una carta quejándose de que estaban perjudicando a los votantes negros e hispanos. “No nos escuchan”, dijo Allison Riggs, directora del programa sobre el derecho al voto de esa organización.

Otros estados controlados por los republicanos siguen el ejemplo de Carolina del Norte. En las últimas cinco décadas, Texas fue acusada de violar las leyes federales o la constitución en lo que respecta a la redistribución de distritos electorales, diluyendo el voto de negros e hispanos. Ahora los republicanos dicen que no tomarán en cuenta la raza del electorado y sus abogados aseguran que todo está en orden.

Joan Huffman, dirigente republicana que elaboró los mapas de ese estado, aseguró que no se tomó en cuenta la raza.

Sin embargo, casi todo el crecimiento poblacional de Texas lo generaron los hispanos, los afroamericanos y los asiáticos, y los mapas no incluyen ningún distrito nuevo de mayoría hispana o negra. Por ello organizaciones de derechos civiles hispanas acudieron a los tribunales.

“La única vez que se hace justicia con las comunidades de color es cuando acuden a los tribunales”, declaró el representante estatal demócrata Rafael Anchia, presidente del Bloque Legislativo Mexicano-Americano.

Los republicanos de Ohio también están enfrascados en un proceso legal en torno a sus planes legislativos. Aseguran que no tomaron en cuenta la raza ni la afiliación política en sus mapas. “Es ilegal usar la raza para elaborar los distritos. Viola las leyes federales”, afirmó el presidente del Senado estatal Matt Huffman, republicano, hablando con la prensa el mes pasado.

El mapa, no obstante, "favorece a un partido en Ohio”, dijo Freda Levenson, directora legal de la oficina de la Unión Americana de Libertades Civiles de Ohio. “Es muy probable que sí hayan usado información sobre la filiación política” de la gente.

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Riccardi informó desde Denver. Acacia Coronado (Austin, Texas) y Julie Carr Smyth (Columbus, Ohio) colaboraron en este despacho.

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