DETROIT (AP) — Por primera vez en ocho meses, la escasez mundial de chips informáticos no obligará a General Motors a cerrar ninguna fábrica norteamericana.
La compañía dijo el viernes que, a partir del 1 de noviembre, todas las plantas que habían estado cerradas de forma intermitente desde febrero debido a la escasez de los semiconductores estarán trabajando. Sin embargo, la producción aún no ha vuelto a la normalidad porque algunas de las fábricas sólo funcionarán en un turno al día.
La industria automotriz mundial ha estado cerrando plantas de forma esporádica desde finales del año pasado debido a la escasez de semiconductores, lo que ha reducido los suministros de vehículos en los concesionarios y ha llevado los precios de autos nuevos a niveles récord.
El precio promedio de venta de un vehículo nuevo en Estados Unidos alcanzó un récord de 42.802 dólares el mes pasado, superando el récord de 41.528 dólares establecido en agosto, según J.D. Power. El precio promedio ha subido casi un 19% desde hace un año, cuando superó los 36.000 dólares por primera vez.
Phil Amsrud, analista principal de IHS Markit que estudia el mercado de los chips, dijo que la medida de GM es una buena señal, pero no significa el fin de la escasez de chips. “No es una señal de que el paciente haya superado todas las dificultades y sea cuestión de semanas que salga del hospital”, dijo.
El hecho de que las plantas de GM estén abiertas puede ser más bien una señal de que la empresa está mejorando en la gestión de la escasez al deshacerse de algunas características opcionales y desviar esos chips a otros usos, dijo.
La escasez de chips está disminuyendo un poco, pero sigue habiendo atascos en la cadena de suministro, en particular en las empresas asiáticas que cortan las grandes plaquetas de silicio en chips individuales y los prueban y empaquetan para su distribución.
Aun cuando los fabricantes de automóviles reciben más plaquetas de los grandes fabricantes de chips, las empresas al final del proceso tienen una capacidad limitada para hacer frente a la abrumadora demanda de la industria de electrónicos personales y otras, indicó Amsrud.
Las empresas de la cadena de suministro en Malasia y otros lugares de Asia han tenido problemas para mantener abiertas sus fábricas debido a que los empleados han enfermado con el nuevo coronavirus, pero esta situación ha disminuido un poco en algunos lugares, señaló. “Yo no descontaría al COVID hasta que haya desaparecido por completo del escenario”, afirmó Amsrud.
En la actualidad, los fabricantes de automóviles tardan unas 52 semanas en recibir los chips terminados, según Amsrud. Los plazos siguen aumentando y “eso significa que sigue habiendo incertidumbre en el mercado”, dijo.
En circunstancias normales, los fabricantes de automóviles sólo tenían que esperar 16 semanas desde la fecha del pedido para recibir los chips, señaló Amsrud. La estabilización de los plazos de entrega y que empiecen a mejorar serán “señales de que estamos empezando a ver que la cadena de suministro vuelve a estar sana”, agregó.
Prevé que la escasez persista durante la mayor parte del próximo año, si no es que todo. Pero Amsrud considera que habrá mejoras a lo largo del año.