Blinken elogia a Colombia como modelo para el mundo por su acogida de migrantes venezolanos

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El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, destacó este miércoles que Colombia es un "modelo para el mundo" por su "generosa" acogida de millones de venezolanos forzados a migrar por la "crisis humanitaria" en su país.

Blinken aplaudió en una conferencia de prensa la respuesta del presidente Iván Duque frente al "reto migratorio" que representa la crisis en Venezuela, cuyo gobierno chavista no es reconocido por Bogotá ni Washington.

"Colombia ha demostrado una enorme generosidad al recibir a unos dos millones de migrantes venezolanos desplazados por la actual crisis humanitaria en Venezuela", sostuvo tras su encuentro con Duque en la sede de gobierno en Bogotá.

El presidente colombiano, quien este miércoles volvió a cargar contra la "dictadura oprobiosa, corrupta y narcotraficante" en Venezuela, lanzó este año un audaz plan para regularizar a casi un millón de venezolanos indocumentados.

"Lo aplaudo, lo felicito por su visión y liderazgo", le expresó el secretario de Estado, remarcando que lo hecho por Colombia "es un modelo para la región y también un modelo para el mundo".

Blinken señaló que junto a los venezolanos, los mexicanos, los haitianos y los centroamericanos se "están desplazando", y llamó a los gobiernos aliados  a "tener un enfoque coordinado" para hacerle frente a la "presión migratoria".

También "tenemos que abordar con mayor efectividad la causa raíz de la migración y la migración irregular. Es decir, qué es lo que está llevando a la gente a dejarlo todo para hacer un viaje tan peligroso a lo largo del continente", dijo.

En su primera visita a Sudamérica, Blinken viajó el martes a Ecuador y estará miércoles y jueves en Colombia, el aliado más estrecho de Estados Unidos en su cruzada contra el narcotráfico y el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos transmitió a Colombia el mensaje de cooperación de la Casa Blanca para que las "democracias funcionen" en beneficio de los ciudadanos, ante el riesgo de que se asiente el populismo y autoritarismo en la región.

En su paso por Quito, expresó la voluntad del gobierno de Joe Biden de desmilitarizar las alianzas en América Latina al reconocer que Estados Unidos se ha centrado "demasiado" en la seguridad en América Latina antes que proporcionarle otras ayudas.

- Paz, narco y derechos humanos -

Blinken renovó el compromiso estadounidense con Colombia en asuntos de seguridad, y en "atacar las raíces del narcotráfico", el combustible que ha alimentado el conflicto de Colombia antes y después de las FARC, la guerrilla que firmó la paz en 2016.

Evocó los esfuerzos de su país en "reducir la demanda" de la cocaína que Colombia produce por toneladas y envía al mercado estadounidense y europeo.

Tras casi cinco décadas de combate al narcotráfico, Colombia sigue siendo el mayor productor mundial del polvo blanco y Estados Unidos el principal consumidor.

El secretario de Estado se detuvo también en los "abusos de derechos humanos" asociados al conflicto colombiano y más recientemente con las protestas gubernamentales que fueron duramente reprimidas por las fuerzas policiales.

En ese sentido, destacó que los responsables deben rendir cuentas y ponerle "fin a la impunidad".

En una carta a Blinken, Human Rights Watch dijo que Duque ha dirigido una brutalidad policial "sin precedentes en la historia reciente de Colombia", en referencia a la violenta represión de las manifestaciones contra una reforma fiscal ya archivada, que dejó al menos 60 muertos desde abril.

Estados Unidos apoyó el acuerdo de paz con las FARC, que permitió el desarme de un ejército irregular de 13.000 hombres y que el gobierno conservador de Duque ha cuestionado por la supuesta impunidad que ofrecer a los culpables de delitos atroces.

No obstante las críticas de su aliado, Blinken reconoció los progresos en la implementación de lo pactado, si bien anotó que "hay que hacer más para incrementar y fortalecer la presencia del Estado en zonas rurales", donde la violencia siguió tras el desmonte de la guerrilla.

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