MANAGUA (AP) — El presidente Daniel Ortega llamó el lunes “terroristas” a los obispos que apoyaron las protestas que estallaron en Nicaragua en abril de 2018 y dijo que en otro país “ya estarían detenidos”.
Ortega dirigió un mensaje en la televisión oficialista junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en el cual arremetió contra aquella revuelta social, a la que calificó de “golpe terrorista” de la oposición “para arrebatarle sus derechos y su soberanía al pueblo”.
“Estábamos en paz, y ¿qué hicieron? Organizaron un golpe terrorista. No podía ser un golpe de Estado porque en ese participa el Ejército, y aquí el Ejército y la policía son el pueblo uniformado, defendiendo la paz y la estabilidad del país”, dijo el mandatario de 75 años.
Ortega recordó el diálogo nacional que se instaló en mayo de 2018 para intentar zanjar la crisis, en medio de las protestas, y dijo que los obispos llevaron allí “un documento vergonzoso” y “nos leyeron un ultimátum”, en referencia a un “plan de democratización” presentado por la Conferencia Episcopal, que actuó como mediadora y testigo de las pláticas.
“Los señores obispos firmando ahí en nombre de los terroristas, al servicio de los yanquis (...) esos obispos son terroristas también. En cualquier otro país estarían juzgados, ahí nomás en Costa Rica estarían detenidos”, remarcó el gobernante sandinista.
El gobierno de Costa Rica ha criticado la represión policial en Nicaragua y ha recibido en su territorio a casi 100.000 exiliados y refugiados en los últimos tres años, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Ortega también fustigó a los 37 opositores detenidos desde junio, entre ellos siete aspirantes a la presidencia para las elecciones del 7 de noviembre, en las que el mandatario sandinista busca su tercera reelección consecutiva.
“Esos que (se) están procesando ahora son vírgenes puras”, comentó con sarcasmo, y sentenció: “Son terroristas, son los que alentaban las protestas. Los jefes, los que organizaron todo esto, eran los cuellos blancos, los que no se ensucian sus zapatillas, los que se sienten intocables”.
Advirtió que los opositores detenidos, cuya liberación han exigido gobiernos y organismos de derechos humanos internacionales, “cometieron delitos penados a nivel mundial”.
Por su parte, Murillo dio declaraciones a medios oficiales en las que acusó a los obispos de “bendecir la muerte” y “alborotar maleficios”.
“Vimos a las autoridades religiosas bendiciendo la tragedia, la muerte (…) Son alborotadores de maleficios, maldades y perversiones, apadrinando crímenes, terrorismo y abortismo” junto con organizaciones “de la sociedad civil”, agregó.