Organizadas bajo el auspicio de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE), las exposiciones universales atraen cada cinco años a millones de visitantes, en una gran ciudad, en torno a un tema de "actualidad".
He aquí el origen, la historia y la organización de estos grandes encuentros internacionales:
- Ancestro parisino -
La precursora de las exposiciones universales se celebró en París en 1798. "La exposición de los productos de la industria francesa" tenía por objeto ofrecer a los visitantes un "panorama" del saber hacer y de los conocimientos técnicos nacionales, en vísperas de la revolución industrial. Esta cita parisina se celebrará, de forma irregular, hasta 1849.
- Palacio de Cristal de Londres -
Inglaterra retoma la idea francesa pero también invita a expositores de todos los países. Una "gran exposición de los trabajos de la industria de todas las naciones" tiene lugar en Londres en 1851, marcando el nacimiento de las exposiciones universales.
El punto culminante del evento es un inmenso palacio de cristal, construido en tiempo récord. Construido en Hyde Park, en el corazón de Londres, Crystal Palace alberga a casi 14.000 expositores, la mitad de ellos provenientes de 40 países.
Este monumento, reconstruido en el sur de Londres, quedó destruido por un incendio en 1936.
- Respuesta de París -
El evento londinense es un éxito considerable, con seis millones de entradas vendidas. Entre los visitantes, Luis Napoleón Bonaparte, futuro Napoleón III, decide crear a su vez una exposición universal.
En 1855, la exposición universal de París se celebra en un inmenso edificio, el Palacio de la Industria y de las Bellas Artes, cerca de los Campos Elíseos, que será demolido a finales del siglo para dar paso al Grand y Petit Palais.
- Decenas de millones de visitantes -
Desde entonces, estas grandes citas internacionales reúnen a multitudes que se apresuran a admirar los fastos y las extravagancias técnicas. Treinta y dos millones de personas asisten al evento parisino de 1889, 51 millones al de 1900. La Expo de Shanghái, con 73 millones de visitantes, ostenta el récord de afluencia de los tiempos modernos.
- Actos de propaganda -
Estas exposiciones son a la vez símbolo de una modernidad triunfante y actos de propaganda. La exposición universal parisina de 1867 celebra las victorias de Napoleón III, la de 1889 -boicoteada por varios países-, conmemora la Revolución francesa. La Expo Universal de París de 1937 se recuerda como lugar de confrontación visual entre el Tercer Reich y la Unión Soviética, cuyos pabellones respectivos se encontraban al pie del Trocadero. El pabellón español expone Guernica, inmenso lienzo de Pablo Picasso que denuncia las violencias franquistas.
- Monumentos emblemáticos -
Las exposiciones universales dejaron muchos monumentos convertidos en atracciones turísticas o espacios de exposición. La Torre Eiffel fue, en 1889, el punto culminante de la exposición universal de París ese año.
También en París, el Grand y Petit Palais, el Palais de Chaillot y de Tokio son herederos de exposiciones universales.
Con sus grandes bolas de acero, el Atomium, construido en Bruselas para la exposición universal de 1958, se convirtió en el símbolo de la capital belga.
- Convención Internacional -
Desde 1928, una convención internacional y un organismo común -la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE, con sede en París)- regula las exposiciones universales.
La elección de las ciudades anfitrionas de este evento, en el que participan 170 países, es objeto de una votación en la Asamblea General del BIE.
Desde 2000 se celebran exposiciones internacionales cada cinco años.
La pandemia de covid-19 obligó a Dubai (Emiratos Árabes Unidos) a posponer un año la edición 2020.
La edición 2025 está prevista en Osaka, Japón.
- "Promover el progreso" -
Una exposición universal debe ser organizada en torno a un tema "de actualidad correspondiente a las expectativas de la sociedad contemporánea", según los estatutos del BIE.
Los temas abordados tienen por objeto "mejorar los conocimientos, responder a las aspiraciones humanas y sociales y promover el progreso", como "alimentar el planeta" (Milán en 2015), "mejor ciudad, mejor vida" (Shanghai en 2010) o "sabiduría de la naturaleza" (Aichi en Japón en 2005).
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