KABUL (AP) — Los talibanes prohibieron el lunes que las barberías de una provincia del sur de Afganistán afeiten o recorten la barba a sus clientes, alegando que su edicto está en consonancia con la sharía, o ley religiosa del islam.
La orden en la provincia de Helmand fue emitida por el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio del gobierno provincial talibán a los barberos de Lashkar Gah, la capital de Helmand.
“Desde que me enteré de esta prohibición se me rompió el corazón”, dijo Bilal Ahmad, residente de Lashkar Gah. “Esta es la ciudad y cada uno tiene un estilo de vida, así que hay que dejar que hagan lo que quieran”.
Durante su anterior gobierno de Afganistán, los talibanes se adhirieron a una inflexible interpretación del islam. Desde que tomaron Kabul el 15 de agosto y volvieron a asumir el control del país, el mundo ha estado pendiente de si recrearán su estricto gobierno de finales de la década de 1990.
El sábado, los combatientes talibanes mataron a cuatro presuntos secuestradores y luego colgaron sus cuerpos en las plazas públicas de la ciudad occidental de Herat.
“Si alguien viola la norma será sancionado y nadie tiene derecho a quejarse”, decía la orden emitida a los barberos.
No estaba claro qué sanciones podrían enfrentar los barberos si no cumplen la norma de no rasurar o recortar la barba.
Durante el anterior gobierno talibán, los islamistas conservadores exigían que los hombres se dejaran la barba. Desde que fueron expulsados del poder, tras la invasión liderada por Estados Unidos en 2001, las barbas afeitadas o bien recortadas se volvieron populares en el país.
El propietario de una barbería, Jalaluddin, quien como muchos afganos sólo tiene un nombre, dijo que esperaba que el Talibán reconsiderara sus exigencias.
“Pido a nuestros hermanos talibanes que den libertad a la gente para vivir como quieran, si deciden recortarse la barba o el pelo”, dijo. “Ahora tenemos pocos clientes; tienen miedo de acudir con nosotros, no quieren recortarse el pelo o la barba, así que les pido que dejen a los ciudadanos ser libres, para que mantengamos nuestro negocio y ellos puedan venir sin problemas”.
Otro propietario de una barbería, Sher Afzal, también dijo que el decreto perjudica las ganancias. “Si alguien viene a cortarse el pelo, volverá a nosotros después de 40 o 45 días, así que está afectando a nuestro negocio como a cualquier otro”, dijo.