El Congreso de Estados Unidos se prepara para varias noches largas esta semana ante cruciales fechas límites y debates para asignar históricos niveles de gasto.
La lista de tareas urgentes para los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes y el Senado, incluye evitar una paralización del gobierno por falta de financiamiento, impedir un incumplimiento crediticio catastrófico y lograr la complicada aprobación de dos gigantescos proyectos de ley de gastos.
- Parálisis del gobierno -
El Congreso tiene hasta el jueves a la medianoche para aprobar un nuevo presupuesto federal si quiere impedir un recorte repentino de fondos.
La parálisis de los servicios federales, conocida como "cierre del gobierno", altera regularmente la vida política estadounidense.
Esta vez, tanto demócratas como republicanos están de acuerdo en que se debe evitar el cierre. Pero los demócratas quieren resolver el problema con un proyecto de ley que también suspende el tope de deuda del país, que los republicanos no apoyarán.
- Tope de la deuda -
Estados Unidos alcanzará su límite de endeudamiento en menos de un mes, una catástrofe que significaría un primer incumplimiento de la deuda estadounidense, hundiendo la economía del país y del mundo.
Para evitar esto, el Congreso debe aprobar una extensión del tope de la deuda.
Pero los republicanos se niegan a aprobar una suspensión del límite de endeudamiento porque equivaldría, dicen, a darle carta blanca al presidente Joe Biden para sus planes "irresponsables". E instan a los demócratas a respaldarlo solo con sus votos, ya que controlan el Congreso.
Los demócratas señalan que el proceso suele ser bipartidista y dicen que ambas partes deberían ser responsables de la suspensión del tope de la deuda, especialmente porque cubrirá los gastos ya respaldados por los republicanos durante la presidencia de Donald Trump, que dejó el poder en enero.
- Obras de infrastructura -
Carreteras, puentes, escuelas, transporte, pero también internet de alta velocidad: el proyecto de Biden para invertir 1,2 billones de dólares, incluidos 550.000 millones en nuevos gastos, en la inestable infraestructura de Estados Unidos fue aprobado a principios de agosto por el Senado.
Un tercio de los senadores republicanos se sumó entonces a todos los demócratas para votar a favor.
La votación final está programada para el jueves en la Cámara de Representantes, donde los demócratas tienen una mayoría muy reducida.
Pero en el ala izquierda del Partido Demócrata unos 50 legisladores amenazan con votar en contra si no han obtenido para el jueves el firme compromiso de que los centristas apoyarán la segunda parte de los grandes proyectos de Biden: un colosal plan de inversiones en reformas sociales.
- Reformas sociales -
Mejor acceso a educación, salud, y cuidado infantil, pero también inversiones masivas en la lucha contra el cambio climático: el llamado "Build Back Better" es la piedra angular del programa de gobierno de Biden, con la que promete transformar Estados Unidos.
Los republicanos se oponen categóricamente a este proyecto titánico, que asciende a la histórica cifra de 3,5 billones de dólares.
Por tanto, los demócratas han optado por una vía legislativa que les permitirá adoptarlo con sus propios votos. Pero sus mayorías son tan frágiles en ambas cámaras que apenas pueden permitirse deserciones.
Actualmente existen grandes diferencias entre el ala progresista y los moderados del partido. Y los legisladores aún podrían tardar semanas en acordar un proyecto de ley final.
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