Armenia y Azerbaiyán rindieron homenaje el lunes a las miles de víctimas de su guerra por el control de la región de Nagorny-Karabaj, cuando se cumple el primer aniversario del inicio del conflicto.
Ambos países del Cáucaso observaron un minuto de silencio y organizaron ceremonias religiosas.
Los combates se iniciaron el 27 de septiembre de 2020 y duraron seis semanas. Cada bando acusó al otro de ser responsable de ese conflicto que causó más de 6.500 víctimas.
Terminó con una fuerte derrota para Armenia y la firma de un cese del fuego, bajo mediación rusa, que otorgaba a Azerbaiyán importantes territorios que reclamaba desde la primera guerra a inicios de los años 1990.
"Nuestros mártires seguirán para siempre en nuestros corazones", afirmó Ilham Aliev, presidente azerbaiyano, en un discurso. "Si vemos una nueva amenaza para nuestro pueblo o nuestro Estado, aplastaremos al fascismo armenio", agregó.
Miles de soldados desfilaron en Bakú, con retratos de sus camaradas muertos en combate.
En Armenia, el Primer ministro Nikol Pachinian depositó flores el lunes en las tumbas de un cementerio militar de la capital Ereván y luego visitó un hospital para heridos de guerra.
El domingo por la noche, unos 3.000 armenios desfilaron con antorchas desde el centro de Ereván hasta un monumento a la memoria de los caídos.
Poblada en su mayoría por armenios, la región montañosa de Nagorny-Karabaj, apoyada por el gobierno armenio, se separó de Azerbaiyán cuando cayó la URSS, causando una primera guerra que causó 30.000 muertos y centenares de miles de refugiados.
Tras la última guerra, Armenia tuvo que ceder una parte del enclave e importantes territorios aledaños, bajo la supervisión de 2.000 soldados rusos desplegados en el lugar.
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