La travesía aparentemente inexorable de Anthony Joshua para convertirse en el campeón mundial indiscutible de peso completo se ha tornado un poco difícil en los últimos dos años.
Primero fue la derrota ante Andy Ruiz Jr. que nadie esperaba en el Madison Square Garden en junio de 2019, menos aún Joshua después de 22 victorias consecutivas al inicio de su carrera profesional.
Luego llegó la pandemia de coronavirus, la cual ha limitado a Joshua —en su mejor condición física a sus 31 años— a una pelea desde el inicio de 2020.
Y más recientemente, el fallo legal que hundió la pelea propuesta del 14 de agosto ante Tyson Fury en Arabia Saudí que habría entregado a uno de los británicos todos los títulos importantes de la división.
Ese combate definitorio del legado contra Fury sigue en la mesa —y con una bolsa de hasta 100 millones de dólares para cada uno— pero está en riesgo por un rival que Joshua debe vencer para retener sus cinturones de la AMB, la FIB y la OMB.
Oleksandr Usyk es el retador obligatorio por la OMB y llega a Londres con un récord profesional invicto, una técnica suprema y una personalidad excéntrica antes de la pelea del sábado que será televisada por el servicio de streaming DAZN y será vista por 60.000 aficionados en el estadio Tottenham Hotspur.
Un campeón mundial indiscutible de peso crucero que subió a peso completo, Usyk es apenas el segundo zurdo que Joshua ha enfrentado en ocho años de carrera profesional y llega armado con el consejo de su compatriota Wladimir Klitschko —el último ucraniano en poseer un título mundial de los pesados antes de perder frente a Joshua en 2017, también en Londres.
Respecto a las peleas de reemplazo, este definitivamente es una de las más engañosas, sin importar que Usyk apenas tiene dos combates en la división.