El arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, anunció que presentará al Vaticano como milagro el caso del sobreviviente de un accidente de aviación en el que murieron siete militares en febrero, para pedir la santificación de la beata Chiquitunga, cuyas reliquias fueron recibidas por una multitud este martes transportadas desde Roma.
"Estamos documentando para que la ciencia pueda decir que aquí solo pudo intervenir Dios, porque científicamente no tiene explicación de que haya un sobreviviente de una caída de 800 metros", expresó el prelado en una misa ante 2.000 personas a poco del arribo de las urnas de María Felicia de Jesús Sacramentando (Chiquitunga) procedente de Italia.
"A José Zaván su madre lo encomendó bajo la protección de Chiquitunga. El joven (de 19 años) también estuvo en su beatificación (el 23 de junio de 2018 en Asunción). Hay una conexión histórica con la beata", explicó el religioso.
"Dios quiso salvar a una persona cuya madre lo puso bajo la protección de Chiquitunga sabiendo que este joven es muy devoto de ella", agregó.
El ejemplo de Zaván sería el milagro que requiere el Vaticano para que Chiquitunga sea considerada santa por el Papa, dijo el obispo.
En febrero pasado, una avioneta Cessna procedente del interior del país se estrelló en el predio de la Fuerza Aérea Paraguaya en Luque, ciudad vecina a la capital.
En la tragedia fallecieron siete militares. El único pasajero civil, José Zaván, sobrevivió. Convaleció dos meses en grave estado en el Hospital de Trauma y fue dado de alta con pronósticos desalentadores.
Al recuperar el habla, Zaván no dudó en atribuir su vida a un milagro de Chiquitunga.
Se trata de una monja de las Carmelitas Descalzas que murió en 1959 y a la que muchos creyentes católicos le atribuyen milagros.
El proceso de beatificación y canonización de la beata comenzó en 1997 cuando se envió el pedido al postulador en Roma para para iniciar la causa.
En marzo de 2010, el papa Benedicto XVI la declaró venerable. En 2018 la Congregación de la Causa de los Santos aceptó un milagro obrado por Chiquitunga y en marzo de ese año el papa Francisco decretó la promulgación de la beatificación.
Sus reliquias permanecieron en Roma por tres años "para un proceso de conservación y cambio de urnas más resistentes y apropiadas", recordó el arzobispo Valenzuela.
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