Aún limitado por el covid-19, México celebra el día nacional del charro

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Vistiendo trajes de gala, grandes sombreros y ejecutando maniobras a caballo que desafían al peligro y la gravedad, hombres y mujeres celebraron este martes el Día Nacional de Charro, una fiesta mexicana que se adapta a las restricciones por el covid-19.

La conmemoración, que habitualmente copa las calles del centro de Guadalajara (oeste) con un colorido desfile, quedó restringida por segundo año consecutivo a la arena de la Asociación de Charros de Jalisco, fundada hace 101 años, y que promueve esta tradición considerada deporte nacional.

Alrededor de un centenar de personas entre charros y escaramuzas –grupos de mujeres que hacen suertes a caballo- participaron de las charreadas organizadas en el campo de la asociación, conocido como lienzo.

En la arena, experimentados jinetes guían a sus animales a todo galope desde el fondo del campo para detenerlos metros antes de llegar al otro extremo, exhibiendo control sobre el equino y equilibrio al montar.

Acompañados con música de mariachi, otros charros intentan derribar una vaquilla jalándola por la cola sin bajar de su caballo, en una suerte conocida como coleadero.

El llamado Paso de la Muerte es otra de las suertes más celebradas.

"Va un charro, se le empareja una yegua que va a pleno galope (...) y tiene que saltar al lomo en pelo de la yegua y muchas veces lo hacen con los ojos vendados para darle un mayor riesgo", explica a la AFP Efraín Franco, director del Instituto de Investigaciones Estéticas del Centro Universitario de Arte de la Universidad de Guadalajara.

El espectáculo de las escaramuzas, en tanto, está entre los más vistosos de la charrería. Mujeres ataviadas con vestidos bordados, usando moños, bota y sombrero, dan vueltas al ruedo sobre sus caballos, cuyo gracioso paso simula un baile.

La charrería, considerada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la Unesco desde 2016, consta de nueve suertes que son exhibidas y premiadas en torneos nacionales.

Aunque los charros son originarios de España, su representación en el cine y la música favorecieron su adopción natural en México, añade Franco.

La práctica de la charrería pasa de generación en generación, y existen escuelas especializadas para enseñar estas habilidades, dice Salvador Sánchez, presidente de la asociación.

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