NUEVA YORK (AP) — Volverá a realizar el recorrido solemne a los sitios donde se perdieron vidas. Una vez más inclinará la cabeza para una oración silenciosa y ofrecerá palabras de consuelo para aquellos cuyas vidas cambiaron para siempre en aquel brillante septiembre hace dos décadas.
Pero esta vez, Joe Biden será el comandante en jefe en la conmemoración del peor ataque terrorista en Estados Unidos. Ahora tiene la responsabilidad de los presidentes anteriores de prevenir futuras tragedias, y debe hacerlo frente a los nuevos temores de un aumento del terrorismo tras la salida de Estados Unidos de Afganistán, el país desde donde se lanzaron los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Este aniversario se realiza poco más de dos semanas después de que un atacante suicida en Kabul matara a 13 militares estadounidenses que ayudaban en la retirada de Afganistán. Y a medida que los talibanes regresan al gobierno afgano, existen preocupaciones de que el país pueda volver a ser una plataforma de lanzamiento de ataques.
Pero para Biden, al igual que para sus predecesores, el aniversario del 11 de septiembre también puede representar una oportunidad para tratar de recuperar el sentido de unidad nacional que se vivió tras los ataques hace 20 años, un espíritu que se desvaneció hace mucho tiempo debido a divisiones políticas.
“Es un momento para que la gente lo vea no como presidente demócrata, sino como presidente de Estados Unidos”, dijo Robert Gibbs, quien fue secretario de prensa del expresidente Barack Obama.
Biden visitará los tres sitios donde se estrellaron los aviones, eventos que desinflaron la imagen de invencibilidad de Estados Unidos y provocaron la muerte de 3.000 estadounidenses.
El viernes el gobierno difundió un video para recordar a aquellos que perdieron la vida, consolar a sus familias y honrar el valor y sacrificio de los socorristas y militares. El video hace un llamado a dejar a un lado las diferencias y recuperar el espíritu de cooperación que surgió en los días posteriores a los ataques.
“La unidad es lo que nos hace quienes somos”, dijo Biden. “Para mí, esa es la principal lección del 11 de septiembre... La unidad es nuestra mayor fortaleza".
El sábado, el presidente hará una primera escala en la ciudad de Nueva York, donde las torres gemelas del World Trade Center fueron derribadas. Luego irá a Shanksville, Pensilvania, donde un avión cayó después de que heroicos pasajeros lucharon contra terroristas para evitar que llegara a su destino en Washington. Y por último acudirá al Pentágono, donde el ejército más poderoso del mundo sufrió un golpe impensable en su propia casa.
La tarea de Biden, como la de sus predecesores, será conmemorar el momento con una mezcla de dolor y determinación. Biden, un hombre que ha sufrido una inmensa tragedia personal, habla de la pérdida con poder y elocuencia.
Pero Afganistán ensombrecerá el día.
Osama bin Laden usó esa nación para planear los ataques, marcando el comienzo de una era de atentados contra objetivos blandos (hoteles, edificios de oficinas, clubes nocturnos) en ciudades de todo Occidente. Al Qaeda fue expulsada de Afganistán en los meses posteriores al 11 de septiembre. Pero otros grupos han asumido la causa, incluido el Estado Islámico en Afganistán.
Biden dijo durante mucho tiempo que la misión militar de Estados Unidos en Afganistán había terminado. Pero para algunos, el regreso de los talibanes al poder, y la amenaza terrorista que ello podría producir, han hecho que el vigésimo aniversario sea amargo y preocupante.
Biden será el cuarto presidente en consolar a la nación en este día oscuro. El ataque terrorista definió la presidencia de George W. Bush. Las guerras en Irak y Afganistán aún eran mortales cuando Barack Obama visitó el Pentágono para conmemorar su primer 11 de septiembre en el cargo en 2009. Cuando Obama habló en el décimo aniversario, Bin Laden había muerto, en mayo de 2011. El presidente Donald Trump se comprometió a sacar a Estados Unidos de Afganistán en su primera ceremonia, en 2017.
El sábado, cuando Biden visite los tres sitios, Bush presentará sus respetos en Shanksville y Obama en Nueva York. Mientras tanto, Trump hará comentarios en primera fila en una pelea de box en un casino de Hollywood, Florida.