Vacuna contra COVID: Empresas de EEUU respiran aliviadas

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Las grandes empresas de Estados Unidos no tendrán que decidir si obligan a sus empleados a vacunarse contra el COVID-19. El gobierno decidió por ellas e hizo la vacunación obligatoria.

La administración de Joe Biden anunció el jueves que toda firma con más de 100 empleados deberá hacer obligatoria la vacuna o requerir pruebas semanales que garanticen que el empleado no se ha contagiado. Esta norma podría afectar a unos 100 millones de empleados, aunque muchos de ellos seguramente ya se han vacunado.

Numerosas firmas del sector privado ya han ordenado la vacunación de al menos algunos de sus empleados. Pero Biden dijo el jueves que “muchos de nosotros nos sentimos frustrados cuando casi 80 millones de estadounidenses no están plenamente inmunizados”.

Estados Unidos sobrelleva un fuerte brote de la variante delta del coronavirus, que está matando a miles de personas todas las semanas y haciendo peligrar la recuperación económica.

Por la nueva orden, millones de empleados y contratistas de la rama ejecutiva que hacen negocios con el gobierno federal no tendrán la opción de hacerse pruebas en lugar de vacunarse. La disposición requiere asimismo que las empresas no descuenten a su personal el tiempo empleado para vacunarse.

La Associated Press se contactó con una gran cantidad de compañías el jueves. Muchas no hicieron comentarios por ahora, mientras que otras señalaron que ya requieren las vacunas. Walmart, la empresa privada que más gente emplea en Estados Unidos, fue una de las primeras firmas grandes que dispuso la vacunación obligatoria de los empleados de su sede matriz y de todos los gerentes a más tardar el 4 de octubre.

La orden, no obstante, no abarcó a personal de sus tiendas, como los cajeros, que según la empresa tienen índices de vacunación más bajos que los de los gerentes.

CVS Health dijo a fines de agosto que requerirá que ciertos empleados que tienen contacto con pacientes estén plenamente inmunizados contra el COVID-19 para fines de octubre. La orden incluye a enfermeras, médicos y farmaceutas.

Las aerolíneas, en tanto, aseguran a sus pasajeros que no corren peligro en sus aviones y tomaron medidas como el uso obligatorio de tapabocas antes de que el gobierno ordenase la vacunación.

United Airlines dijo el mes pasado que exigirá la vacuna. El miércoles agregó que podría despedir a quienes no demuestren razones médicas o religiosas para no vacunarse.

Otras aerolíneas alientan a sus empleados a que se vacunen, pero no los obligan. Delta Airlines, por su parte, dijo que cobrará 200 dólares mensuales a quienes no se vacunen a partir de noviembre.

El sector tecnológico es uno de los que más vacunaciones exigen y seguramente apoyará la medida del gobierno.

General Motors no respaldó formalmente la orden del gobierno, pero dijo en un comunicado que está a favor de las vacunas.

“Alentamos firmemente a nuestros empleados a que se vacunen... Los datos (disponibles) indican que es la mejor forma de protegerse uno y a los demás”, dijo la empresa automotriz.

La mitad de los trabajadores de Estados Unidos está a favor de que las empresas requieran la vacuna, de acuerdo con una encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.

Más de 177 millones de personas están inmunizadas en Estados Unidos, pero los contagios confirmados han aumentado en las últimas semanas y actualmente se registran un promedio de 140.000 contagios por día. Unas mil personas fallecen a diario por el virus, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

“La comunidad empresarial va a agradecer esto”, expresó Angela B. Cornell, profesora de la Cornell Law School especializada en las leyes laborales, aludiendo a la vacunación obligatoria. “Hará que resulte más fácil a las empresas presionar a quienes tienen dudas o se oponen” a las vacunas.

Las compañías, por otro lado, no correrán peligro de ser demandadas, ya que acatan una orden del gobierno, acotó.

Quienes le tienen miedo a la vacuna pueden optar por hacerse pruebas periódicamante, pero es probable que la mayoría de esas personas decidan vacunarse, según Dorit Reiss, profesora del Hastings College of the Law de la Universidad de California, que lleva casi una década estudiando la vacunación obligatoria.

“Las pruebas son una carga tal que la mayoría preferirá vacunarse directamente”, opinó.

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Anne D’Innocenzio (Nueva York), Michael Liedtke (San Ramón, California), David Koenig (Dallas), Tom Krisher (Detroit), Matt O’Brien (Providence, Rhode Island), Alex Veiga (Los Ángeles) y Zeke Miller (Washington) colaboraron en este despacho.

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