BUENOS AIRES, 5 sep (Reuters) - El seleccionado de fútbol de Argentina dejó el domingo Brasil cuatro horas y media después de la suspensión de su partido ante el local por la eliminatoria sudamericana al Mundial 2022, que se dio tras una sorpresiva interrupción al minuto cinco por parte de las autoridades sanitarias en Sao Paulo.
"Nos vamos a casa. Unidos siempre", dijo la selección argentina a través de su cuenta oficial de Twitter, junto a una fotografía de varios futbolistas dentro del avión.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) indicó más temprano en un comunicado que la delegación había cumplido "con todos los protocolos sanitarios vigentes regulados por la Conmebol".
La entidad que rige el fútbol en Sudamérica había explicado más temprano que la suspensión del encuentro se dio "por decisión del árbitro" y agregó que la Comisión Disciplinaria de la FIFA determinará los pasos a seguir y que los procedimientos "se ciñen estrictamente a las reglamentaciones vigentes".
Las autoridades sanitarias de Brasil ingresaron al terreno de juego unos minutos después de iniciado el choque, tras una supuesta violación de la normativa de cuarentena por el COVID-19 de algunos futbolistas del seleccionado "albiceleste" que juegan en la liga inglesa.
"¿Para qué lo empezaron y lo terminaron a los cinco minutos? ¿Para que lo vean todos?", dijo el astro del fútbol Lionel Messi a las autoridades sanitarias en el campo de juego en medio del desconcierto generalizado. "Hace una hora estamos en el estadio, podrían haber avisado".
En la plantilla del clásico del fútbol sudamericano el entrenador Lionel Scaloni incluyó a tres jugadores procedentes de Inglaterra: Emiliano Martínez, del Aston Villa, y Giovani Lo Celso y Cristian Romero, del Tottenham Hotspur.
Según las normas publicadas por el organismo regulador sanitario brasileño, Anvisa, los visitantes que hayan estado en el Reino Unido en los 14 días anteriores a su entrada en Brasil deben permanecer en cuarentena durante 14 días tras su llegada.
Horas antes del partido, Anvisa había solicitado el aislamiento de los futbolistas argentinos que juegan en la liga inglesa, lo cual provocó la intervención de la Conmebol y de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
"Los cuatro jugadores argentinos recibieron órdenes de permanecer aislados para ser deportados. Pero no se respetó. Fueron al estadio, entraron al campo, la secuencia es de desobediencia", dijo Antonio Barra Torres, director de Anvisa, a la televisión local.
INDIGNACIÓN
El presidente de la CBF se mostró "indignado" por las escenas, calificadas de "escándalo", "bochorno" y "vergüenza" por la prensa a nivel mundial.
Ednaldo Rodrigues criticó a Anvisa y dijo que los funcionarios le dijeron que los cuatro argentinos podrían haber sido deportados después del partido.
"Lo siento por todos los aficionados que querían ver el partido por TV", declaró a la cadena brasileña Sportv. "Con todo el respeto a Anvisa, podrían haber resuelto esto antes y no esperar a que empezara el partido".
Las escenas vividas en Sao Paulo dejaron muchas dudas sobre qué pasará con el encuentro y si la FIFA tomará alguna decisión respecto al reparto de puntos o si decidirá que el encuentro se reanude.
Luego de la suspensión, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia, defendió el actuar de la delegación y dijo que la decisión de que no se juegue se dio por el ingreso del personal de las autoridades de Anvisa, catalogado como "externo" al encuentro.
"Acá no se puede hablar de ninguna mentira porque hay una legislación sanitaria bajo la cual se juegan todos los torneos sudamericanos. Las autoridades sanitarias de cada país aprobaron un protocolo que venimos cumpliendo al máximo", sostuvo Tapia. "Lo que se vivió hoy es lamentable para el fútbol, es una imagen muy mala".
En la próxima jornada Brasil -que lidera la eliminatoria con 21 puntos- será local de Perú en la ciudad de Recife, mientras que Argentina -segunda con 15 unidades- recibirá a Bolivia en el estadio Monumental de Buenos Aires.
(Reporte de Ramiro Scandolo, reporte adicional de Andrew Downie; Editado por Ricardo Figueroa y Javier Leira)