ALSEA, Oregon, EE.UU. (AP) — En todo Estados Unidos, algunos funcionarios públicos, médicos, y líderes religiosos y comunitarios están tomando acciones concretas para que la gente se libre de tener que llevar mascarillas o vacunarse contra el COVID-19. Ofrecen cartas de exención y otras estrategias para eludir tales requisitos.
Por ejemplo, Marc Thielman, superintendente del distrito escolar de Alsea, en Oregon, está diciendo a los padres que pueden evitar que sus hijos usen mascarillas citando partes específicas de la ley federal contra la discriminación por discapacidad.
El pastor de una Iglesia muy grande de California está ofreciendo exenciones religiosas a cualquier persona que diga tener un conflicto moral sobre los requisitos de la vacuna. El fiscal general de Luisiana ha publicado en la página de Facebook de su oficina ejemplos de cartas para quienes buscan eludir las órdenes del gobernador para el uso obligatorio de cubrebocas.
Aunque los defensores de estas soluciones alternativas dicen que están velando por la salud de los niños y los derechos de los padres de familia, algunos expertos y líderes políticos afirman que estas propuestas son deshonestas e irresponsables, pues podrían socavar los esfuerzos de las autoridades federales y otras con los que buscan controlar un aumento de casos de COVID-19 en todo Estados Unidos, especialmente la variante delta, altamente contagiosa.
Los mandatos y requisitos sobre vacunaciones y el uso de mascarillas varían de un estado a otro, pero a menudo permiten exenciones para ciertas afecciones médicas u objeciones religiosas o filosóficas.
En Oregon, el superintendente Thielman dijo que se le ocurrió la idea de ampararse en la ley federal contra la discriminación por discapacidad después de que el mandato de la gobernadora generó un “enorme rechazo” de los padres.
“La mayoría de los padres de familia en mi distrito son escépticos y ya no creen lo que les dicen” sobre el COVID-19, dijo Thielman, cuyo distrito en las montañas costeras del estado comienza clases el lunes. “Tengo a la mayoría de mis padres diciendo: ‘¿Hay alguna opción?’”.
En una carta a los educadores la semana pasada, la gobernadora demócrata Kate Brown dijo que estaba sorprendida de que Thielman estuviera socavando sus políticas al “instruir a los estudiantes para que mintieran” acerca de tener una discapacidad.
La gobernadora Brown ha exigido que se usen cubrebocas en las escuelas y que todo el personal escolar esté vacunado, en medio de un aumento en las infecciones que está azotando a Oregon. El estado ha batido su récord de hospitalizaciones por COVID-19 día tras día, y los casos entre niños han aumentado drásticamente.
Thielman, quien planea postularse para gobernador el próximo año, cuando Brown no podrá buscar la reelección debido a los límites de mandato, dijo que no está en contra del uso de las mascarillas, sino que simplemente es sensible a las preocupaciones de los padres de que cubrirse la cara puede causar ansiedad y dolores de cabeza en los niños.
En algunos casos, dijo, cree que esos problemas justifican una exención bajo la Sección 504 de la Ley de Rehabilitación de 1973 porque, dijo, interfieren con el aprendizaje.
Pero Laurie VanderPloeg, directora ejecutiva asociada del Council for Exceptional Children, un grupo de defensa, advirtió que, según la ley federal, a los niños no se les permitiría ir a clases sin mascarilla simplemente porque así lo pidan.
Según la ley, dijo, los distritos escolares tendrían que pasar por un proceso formal para establecer si un niño tiene de hecho una discapacidad física o mental en particular, como una afección respiratoria, lo que sí justificaría una excepción a la regla del cubrebocas.
En Kansas, la junta escolar de Spring Hill está permitiendo a los padres solicitar una exención médica o de salud mental del requisito del condado de que los estudiantes de escuela primaria se cubran nariz y boca. No necesitan un proveedor médico para firmar la exención.
Ali Seeling, miembro de la junta, dijo que la idea es dar a los padres “la libertad de tomar decisiones sobre la salud de sus propios hijos”.
El secretario de Justicia de Luisiana, Jeff Landry, un republicano que regularmente pelea verbalmente con el gobernador John Bel Edwards, quien es demócrata, publicó ejemplos de cartas que permitirían a los padres buscar una exención filosófica o religiosa de la orden de Edwards para el uso de mascarilla en las escuelas. También hay ejemplos de cartas para tratar de eludir el requisito de vacuna, si es que se llega a promulgar.
Legisladores republicanos y miles de personas más han compartidas las cartas en redes sociales y otros medios.
El gobernador Edwards acusó al secretario de crear confusión y defendió su política de cubrirse el rostro. “Al adoptar estas medidas, e ignorar a aquellos que no están dispuestos a reconocer la crisis actual, podemos mantener a nuestros niños en la escuela este año y mantenerlos a salvo”, alegó el gobernador.
En California, la junta médica estatal está investigando a un médico que, según sus críticos, está entregando decenas de exenciones breves —de una oración— para el uso de mascarilla por parte de niños, en un intento de evadir el requisito escolar en todo el estado.
El doctor, Michael Huang, que tiene un consultorio en el Roseville, un suburbio de Sacramento, se negó a responder preguntas de The Associated Press, pero dijo a otros medios de comunicación que examina a cada niño y que emite las exenciones de manera apropiada. La California Medical Association (Asociación Médica de California) emitió una declaración condenando a los “médicos deshonestos” que venden exenciones “falsas”.
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Har reportó desde San Francisco y Cline desde Portland, Oregon. Los periodistas de The Associated Press Melinda Deslatte en Baton Rouge, Luisiana, y John Hanna en Topeka, Kansas, contribuyeron para este despacho