Por Danielle Kaye
NUEVA YORK, 10 ago (Reuters) - Los empleados de Google que trabajaban en la misma oficina antes de la pandemia podrían ver diferentes cambios en su salario si pasan a trabajar desde casa de forma permanente, siendo los que tienen mayores desplazamientos para ir al trabajo los más afectados, según una calculadora salarial de la empresa vista por Reuters.
Se trata de un experimento que se está llevando a cabo en Silicon Valley, que a menudo marca tendencias para otras grandes empresas.
Facebook y Twitter también recortaron el salario de los empleados remotos que se trasladan a zonas menos costosas, mientras que empresas más pequeñas, como Reddit y Zillow, han cambiado a modelos de pago independientes de la ubicación, citando las ventajas cuando se trata de la contratación, la permanencia y la diversidad.
Google —filial del grupo Alphabet Inc— destaca por ofrecer a los empleados una calculadora que les permite ver los efectos de un traslado. Pero en la práctica, algunos empleados remotos, especialmente los que se desplazan largas distancias para ir al trabajo, podrían experimentar recortes salariales sin cambiar de domicilio.
"Nuestros programas de remuneración siempre se han determinado en función de la ubicación, y siempre pagamos lo máximo del mercado local en función del lugar desde el que trabaja el empleado", dijo un portavoz de Google, añadiendo que la remuneración variará de una ciudad a otra y de un estado a otro.
Un empleado de Google, que pidió que no se le identificara por temor a represalias, suele desplazarse a la oficina de Seattle desde un condado cercano y probablemente vería reducido su salario en un 10% si trabajara desde casa a tiempo completo, según las estimaciones de la herramienta de localización del trabajo de la empresa lanzada en junio.
El empleado se planteó trabajar a distancia, pero decidió seguir yendo a la oficina, a pesar de las dos horas de viaje. "Es un recorte salarial tan alto como lo que me dieron por mi último ascenso. No he trabajado tan duro para que me asciendan y luego me bajen el sueldo", dijo.
Jake Rosenfeld, profesor de sociología de la Universidad de Washington en San Luis que investiga la determinación de los salarios, dijo que la estructura salarial de Google hace saltar las alarmas sobre quiénes notarán los mayores efectos, incluidas las familias.
"Lo que está claro es que Google no tiene por qué hacer esto", dijo Rosenfeld. "Google ha pagado a estos trabajadores el 100% de su salario anterior, por definición. Así que no es que no puedan permitirse pagar a sus trabajadores que deciden trabajar a distancia lo mismo que están acostumbrados a percibir."
Las capturas de pantalla de la calculadora salarial interna de Google vistas por Reuters muestran que una empleada que vive en Stamford, Connecticut —a una hora de la ciudad de Nueva York en tren— cobraría un 15% menos si trabajara desde casa, mientras que un colega de la misma oficina que vive en la ciudad de Nueva York no vería ningún recorte por trabajar desde casa. Las capturas de pantalla mostraban diferencias del 5% y el 10% en las zonas de Seattle, Boston y San Francisco.
Entrevistas con empleados de Google indican recortes salariales de hasta el 25% por trabajar a distancia si se abandona San Francisco por una zona del estado casi igual de cara, como Lake Tahoe.
La calculadora afirma que utiliza las estadísticas de la Oficina del Censo de Estados Unidos, o CBSA, por sus siglas en inglés. Stamford, Connecticut, por ejemplo, no está en la CBSA de Nueva York, aunque muchas personas que viven allí trabajan en Nueva York.
Un portavoz de Google dijo que la empresa no cambiará el salario de un empleado por el hecho de que pase de trabajar en una oficina a hacerlo de forma totalmente remota en la ciudad donde se encuentra la oficina. Los empleados que trabajen en la oficina de Nueva York cobrarán lo mismo que los que trabajen de forma remota desde otra localidad de Nueva York, por ejemplo, según el portavoz.
Google no abordó específicamente la cuestión de los trabajadores de zonas como Stamford (Connecticut).
(Reporte de Danielle Kaye; edición de Peter Henderson y Lisa Shumaker, traducido por José Muñoz)