Censo y el mapa electoral: ¿Quién frena a los republicanos?

Guardar

Después de grandes victorias electorales hace una década, los republicanos usaron el censo para crear distritos electorales que les dan la mayor ventaja política que partido alguno ha tenido en los últimos 50 años, según un análisis de la Associated Press.

Esa ventaja, medida según una fórmula pensada para detectar la manipulación de distritos electorales, permitió a los republicanos gozar de mayorías legislativas incluso en estados donde los demócratas ganaron la votación presidencial o para cargos estatales. En pocas palabras: Los republicanos consiguieron más bancas legislativas de las que se podía esperar a partir del porcentaje de los votos obtenidos.

La fuerza de los republicanos será puesta a prueba a partir del jueves, cuando la Oficina del Censo difunda la información del censo del 2020 y se ponga en marcha una redistribución de distritos electorales que tiene lugar una vez cada diez años. En la mayoría de los estados, los nuevos distritos entrarán en vigor antes de las elecciones de mitad de término del 2022 y, si no intervienen los tribunales, regirán hasta las elecciones del 2030.

La redistribución de distritos tiene mucho impacto político. Los republicanos que se favorecieron con la redistribución en la última década aprovecharon para reducir los impuestos en sus estados, restringir el aborto y limitar el poder negociador de los sindicatos.

La redistribución, por otro lado, hizo que quedasen menos bancas en juego, reduciendo el incentivo para transar a medida que los políticos se radicalizaban, corriéndose tanto a la izquierda como a la derecha. Los republicanos necesitarían ganar cinco bancas para tomar el control de la Cámara de Representantes el año que viene, por lo que la próxima redistribución podría determinar el rumbo de la presidencia de Joe Biden y de sus esfuerzos por dar impulso a los programas sociales y por reforzar el derecho al voto.

Igual que hace diez años, los republicanos tendrán ventaja sobre los demócratas y controlarán el proceso de redistribución en tres estados clave: Texas, Florida y Carolina del Norte. Esos son tres de los seis estados en los que ganaron bancas en la cámara baja. Comisiones independientes elaborarán los mapas electorales en Colorado y Montana, que ganaron una banca cada uno. Oregón también obtuvo una banca, pero la mayoría demócrata en la cámara baja decidió compartir el control del proceso con los republicanos.

A raíz de recientes reformas al proceso de redistribución, podría resultarle más difícil a los republicanos mantener sus ventajas en algunos estados. Pero en una era de creciente polarización del electorado, la última década demostró que “es muy complicado que un partido salga ganando cuando el otro elabora los mapas”, expresó Chris Warshaw, profesor de ciencias políticas de la Universidad George Washington que analiza la información electoral.

La AP empleó una fórmula matemática conocida como la “efficiency gap” (desnivel de eficiencia) para calcular las ventajas partidistas en las elecciones de la Cámara de Representantes nacional y de las contiendas legislativas estatales en las elecciones del 2016, 2018 y 2020.

La fórmula identifica el partido que mejor convierte sus votos en victorias y puede detectar manipulaciones electorales (el proceso por el cual un partido saca mayor provecho elaborando mapas electorales que dispersan los votos del otro partido entre numerosos distritos o meten una gran cantidad de votantes del otro partido en un solo distrito).

La AP comparó sus hallazgos con la información recopilada por Warshaw usando la misma fórmula en cientos de elecciones desde la década de 1970.

El análisis indicó que las ventajas de los republicanos mermaron del 2016 al 2020 como consecuencia de cambios demográficos y en las preferencias del electorado. Pero también reveló que la ventaja republicana duró más que en décadas previas.

En los comicios del 2012 al 2020, los republicanos de la Florida, Nueva York, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Texas ganaron una banca en la cámara baja que no les hubiera correspondido según el porcentaje de votos obtenidos en los distritos. Los republicanos controlaron la redistribución de distritos tras el censo del 2010 en todos esos estados con excepción de Nueva York, donde los tribunales elaboraron el mapa al no haber un acuerdo entre la Asamblea, controlada por los demócratas, y el Senado, en manos de los republicanos.

Los demócratas gozaron de una ventaja similar de una banca en Connecticut y Massachusetts, donde ejercieron más influencia en la redistribución.

En resumen, hubo ocho estados en los que un partido tuvo ventaja de una banca en la cámara baja durante una década del 2012 al 2020, igual que el total combinado de 1972-2010, según la información de Warshaw.

Si bien los republicanos controlarán la redistribución de distritos electorales en el doble de estados que los demócratas, su ventaja no será tan amplia como hace diez años en algunos estados. En Pensilvania y Wisconsin, por ejemplo, gobernadores demócratas tratarán de contener a las legislaturas, dominadas por los republicanos. En el 2010 los republicanos controlaban las legislaturas y la gobernación. En Michigan, el proceso será controlado por una comisión de ciudadanos, no por el legislativo y el ejecutivo.

Otra ventaja republicana es el hecho de que sus votantes están más desperdigados que los de los demócratas, según Matt Grossman, director del Instituto para Investigaciones de Políticas Públicas y Sociales de la Universidad Estatal de Michigan.

“Incluso si no tratas de manipular las cosas a favor de los republicanos, el hecho de que los demócratas se concentran en las ciudades y sus alrededores implica que es más fácil favorecer accidentalmente a los republicanos” en la redistribución, señaló Grossman.

Guardar