DACA, Bangladesh (AP) — El gobierno de Bangladesh y varias agencias humanitarias empezaron a vacunar el martes a refugiados rohinya, en medio de un repunte del virus que planteaba riesgos en los grandes y abarrotados campamentos donde se cobijan más de un millón de personas que huyeron de Myanmar.
La contagiosa variante delta del virus impulsa un auge de casos en todo Bangladesh. En el distrito de Cox's Bazar, donde se encuentran los 34 campos de refugiados, se han registrado unas 200.000 infecciones y 200 muertes por ahora.
La Federación Internacional de las Sociedades de Cruz Roja y la Media Luna Roja señaló que la tasa de positividad, en torno al 30%, indica que la prevalencia del COVID-19 es mucho mayor, especialmente dado el hacinamiento y los riesgos que afrontan muchos de los que viven en los campamentos.
Bangladesh ha reportado más de 1,3 millones de casos, incluidas 22.897 muertes por COVID-19 desde el inicio de la pandemia.
Los expertos señalan que la cifra total podría ser mayor porque mucha gente no acude al hospital y muchos otros mueren antes de hacerse la prueba. En las regiones del país que hacen frontera con India se han multiplicado los contagios de la variante delta, y se teme que la falta de concienciación sobre mascarillas y otras recomendaciones de salud puedan agravar la situación.
Más de 700.000 rohinyas huyeron en 2017 desde Myanmar, un país de mayoría budista, por una dura campaña militar contra el grupo étnico tras un ataque insurgente. Otros rohinya vivían en campos de refugiado en Bangladesh desde campañas de persecución anteriores.
Naciones Unidas y grupos internacionales de derechos describieron la campaña de 2017 como limpieza étnica. Aunque Bangladesh y Myanmar han intentado organizar repatriaciones, los refugiados tienen demasiado miedo como para regresar a casa.