Un sacerdote católico fue asesinado este lunes en Saint-Laurent-sur-Sèvre, en el oeste de Francia, presuntamente a manos del autor del incendio de la catedral de Nantes.
El sospechoso, un ruandés que se entregó a la policía, sería el presunto autor del incendio de la catedral de Nantes de julio de 2020, dijo a la AFP una fuente cercana a la investigación.
Según los primeros elementos de la investigación, la víctima, Olivier Maire, murió tras haber recibido varios golpes.
El eclesiástico acogía al sospechoso "desde hace varios meses" en la iglesia, dijo a la AFP una fuente policial.
"Ningún móvil relacionado con un motivo terrorista" aparece en este caso, declaró el vicefiscal de La-Roche-Sur-Yon, Yannick Le Goater.
El hombre había sido dado de alta el 29 de julio del hospital Georges Mazurelle, en donde había permanecido internado durante un mes en el servicio de psiquiatría, señaló el vicefiscal.
La detención del sospechoso fue levantada en la noche por "incompatibilidad con su estado de salud" y fue hospitalizado, indicó una fuente cercana al caso.
El hombre, un solicitante de asilo que lleva varios años viviendo en Francia, había trabajado como voluntario en la iglesia.
El sospechoso confesó haber prendido fuego a la catedral gótica de Nantes el 18 de julio de 2020.
El magistrado anunció la apertura de una investigación por "homicidio voluntario".
Inicialmente había sido puesto bajo arresto antes de ser liberado bajo control judicial a espera de su juicio.
- Polémica -
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó su "simpatía" a la comunidad religiosa de los Montfortianos, a la que pertenecía el sacerdote de 60 años.
El asesinato desencadenó de inmediato una disputa entre la extrema derecha y el gobierno sobre la inmigración, a menos de un año de las elecciones presidenciales, en las que se espera que el tema cobre importancia.
La líder de extrema derecha, Marine Le Pen, que acusa al gobierno de no actuar lo suficiente en materia de inmigración, reaccionó diciendo que en Francia "se puede ser un inmigrante ilegal, incendiar una catedral, no ser expulsado y luego reincidir asesinando a un sacerdote".
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, la acusó inmediatamente de "crear una polémica sin conocer los hechos", y explicó que el hombre no podía ser expulsado de Francia mientras estuviera bajo control judicial.
El incendio de Nantes se produjo 15 meses después del devastador incendio de 2019 en la catedral Notre-Dame de París, que planteó preguntas sobre los riesgos de seguridad para otras iglesias históricas en toda Francia.
Aunque los bomberos lograron contener el incendio de Nantes tras solo dos horas y salvar la estructura principal, su famoso órgano, que databa de 1621 y había sobrevivido a la revolución francesa y a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, quedó destruido.
También se perdieron objetos y pinturas de valor incalculable, como una obra del artista del siglo XIX Jean-Hippolyte Flandrin.
El último ataque mortal cometido contra un miembro de la iglesia católica en Francia se remonta al pasado 29 de octubre, cuando un tunecino mató con un cuchillo al sacristán y a dos fieles en la basílica de Niza (sureste).
En 2016 un sacerdote fue degollado por dos yihadistas en la localidad de Saint-Etienne-du-Rouvray, en el norte de Francia.
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