IZU, Japón (AP) — Lasse Norman Hansen utilizó una única palabra, “devastado”, para describir como se sintió después de que la favorita, Dinamarca, perdiese el oro ante Italia en la persecución por equipos en el velódromo de Izu.
Ahora encontrará probablemente algunas más alegres para describir su paso dorado por el Madison.
Hansen formó dupla con el veterano Michael Morkov para imponerse el sábado en la disputada final del relevo, que regresó al programa en los Juegos de Tokio, compensando esa plata de hace una semana.
“En la primera mitad de la carreta tuvimos algunos problemas con los sprints”, dijo Hansen. “Pero a medida que la carrera se complicaba, entramos en la pelea y al final fuimos un poco más fuertes que el resto".
Hansen y Morkov ganaron apenas tres de los 20 sprints pero fueron lo suficientemente consistentes durante las 200 vueltas para terminar con 43 puntos. Sumaron tres más que Gran Bretaña, que se quedó con la plata en un desempate. Francia ganó el bronce.
El Madison, que en su día fue una prueba fija del ciclismo en pista, volvía a unos Juegos por primera vez desde Beijing 2008. Tres de los corredores que participaron en aquella última prueba salieron al velódromo de Izu 13 años después: Morkov, de 36 años; el belga Kenny de Ketele y el alemán Roger Kluge.
Durante la carrera, los dos miembros de la pareja se impulsan mutuamente para relevarse y, aunque sólo uno de ellos cuenta como competidor de cada vez, este rol puede cambiar cuando quieran. Se otorgan puntos a los cuatro más rápidos al sprint en cada tramo de 10 vueltas.
Es una prueba que requiere capacidad de hacer sprints para ganar puntos, resistencia para aguantar las 200 vueltas al velódromo de 250 metros — 50 kilómetros en total — además de tácticas, trabajo en equipo y una actitud algo temeraria.
Esto es porque con tantos ciclistas a la vez, y los frecuentes agarrones de manos para cambiar el turno, los accidentes son habituales. También son importantes los observadores de cada equipo en las gradas, cuyos constantes gritos en una docena de idiomas diferentes ponen una banda sonora colorida y única a una carrera que requiere una total concentración durante más de 50 minutos.
Los ganadores de las últimas medallas del ciclismo en Tokio se decidirán el domingo.