SAITAMA, Japón (AP) — Con la medalla de oro en peligro, Estados Unidos sabía a quién recurrir para protegerla.
Tenían a su Capitán América.
Antes incluso de envolverse en una bandera que parecía un capa, Kevin Durant jugó a ser el héroe del equipo estadounidense de baloncesto — una vez más. Si los franceses querían irse con el oro, tendrían que quitárselo de las manos.
“Es el tipo que está tranquilo bajo presión", dijo el entrenador asistente de Estados Unidos, Steve Kerr. “Encesta los grandes tiros".
Y eso es lo que hizo para sellar el triunfo del sábado. Con una ventaja de tres puntos a menos de 10 segunos del final, recibió la pelota, sufrió una falta y, con tranquilidad, encestó sus dos tiros libres a falta de 8.8. Fueron los últimos tantos de la victoria por 87-82.
Durant terminó con 29 puntos, un poco menos de los 30 de sus dos últimas finales olímpicas. El alero, que fue máximo anotador de la NBA en cuatro ocasiones, siempre entra en la discusión del mejor jugador de la liga.
En la batalla por ser el mejor del baloncesto olímpico, el debate parece haberse zanjado en Japón.
“Es un hombre especial y guió a este equipo como necesitábamos, como se supone al volver a sus terceros Juegos Olímpicos, el máximo anotador en la historia de Estados Unidos", dijo Draymond Green, que coincidió con él en Golden State. “Ha habido muchos grandes jugadores vistiendo esta camiseta y él es el número uno, y eso es algo especial".
Durant, que durante el torneo superó a Carmelo Anthony como máximo anotador en la historia del baloncesto masculino estadounidense, es junto a él el único con tres preseas olímpicas doradas.
Durant no puede elegir qué Juegos son los más especiales, porque para él todos lo son.
“Estoy feliz de estar aquí", dijo. “Estoy feliz de formar parte de este grupo de por vida".