TOKIO (AP) — Polonia otorgó una visa humanitaria el lunes a una velocista olímpica bielorrusa que dijo temer por su seguridad y que funcionarios de su equipo trataron de obligarla a regresar a Bielorrusia, cuyo gobierno autocrático fue acusado recientemente de desviar un avión para arrestar a un periodista disidente.
Un grupo activista que ayuda a la atleta Krystsina Tsimanouskaya dijo a The Associated Press que le compró un boleto de avión para que viaje a Varsovia en los próximos días.
Al parecer, la disputa comenzó cuando Tsimanouskaya criticó la gestión de su equipo, lo que desató una respuesta brutal de los medios oficiales en su país, donde las autoridades llevan a cabo una brutal represión contra los detractores al gobierno. La corredora dijo en su cuenta en Instagram que le habían asignado el relevo 4x400 ese a que nunca ha competido en esa prueba.
La velocista fue aparentemente llevada de prisa al aeropuerto pero ella se negó a abordar un vuelo a Estambul y pidió ayuda a la policía. En un mensaje en video distribuido en las redes sociales, Tsimanouskaya también pidió ayuda al Comité Olímpico Internacional (COI).
“Me encuentro bajo presión y están intentando sacarme por la fuerza del país sin mi consentimiento”, señaló la atleta de 24 años en el mensaje.
La serie de acontecimientos rápidamente suscitados llevó la intriga política internacional a unos Juegos Olímpicos que han estado más enfocados en los dramas de su operación, como el mantener la seguridad en medio de la pandemia de coronavirus y el navegar entre la oposición generalizada de la población japonesa a la realización del evento.
El gobierno autoritario de Bielorrusia ha perseguido incansablemente a todo aquel que discrepe, incluso de forma moderada, con las autoridades desde las elecciones presidenciales del año pasado, que provocaron una oleada de protestas masivas sin precedentes.
El presidente bielorruso Alexander Lukashenko ha llegado al extremo para acallar a sus opositores, al grado de desviar recientemente un avión a la capital del país, Minsk, para detener a un periodista disidente en lo que funcionarios europeos catalogaron como un acto de piratería aérea.
En ese contexto, Tsimanouskaya temió por su seguridad una vez que vio la campaña en su contra en los medios estatales, de acuerdo con la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Deportiva (BSSF, por sus siglas en inglés), el grupo activista que le está ayudando.
“La campaña fue bastante seria y una clara señal de que su vida estaría en peligro en Bielorrusia”, señaló Alexander Opeikin, vocero de BSSF, en una entrevista con la AP.
Los medios oficiales de Bielorrusia continuaron su dura campaña contra Tsimanouskaya. Los conductores del canal de televisión estatal Belarus 1 catalogaron su decisión de pedir asilo como “una artimaña barata” y “un acto repugnante” y describieron su desempeño en los Juegos Olímpicos como un “fracaso”.
Tsimanouskaya compitió por Bielorrusia en el primer día de las actividades del atletismo el viernes en el Estadio Nacional de Tokio. La velocista terminó en el cuarto lugar de su grupo eliminatorio de la primera ronda en los 100 metros, con un tiempo de 11,47 segundos, y no avanzó a la siguiente fase.
La velocista debía participar de nuevo el lunes en los Juegos de Tokio, en las eliminatorias de los 200 metros, pero Tsimanouskaya denunció que su equipo le impidió participar en una querella presentada ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, Pidió al tribunal anular el fallo, pero el órgano se negó a intervenir.
Los siguientes pasos de Tsimanouskaya no quedan claros. Szymon Szynkowski vel Sek, un viceministro de relaciones exteriores de Polonia, señaló que la corredora solicitó una visa humanitaria por ahora y puede buscar el estatus de refugiada una vez que llegue a territorio polaco. Vadim Krivosheyev, de la fundación deportiva activista, añadió que la velocista planea pedir asilo.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Marcin Przydacz, al portal de noticias polaco Onet.pl que una vez que Tsimanouskaya llegue a Polonia tendrá la libertad de decidir si se queda ahí o viaja a “otro país seguro".
Por su parte, el esposo de Tsimanouskaya, Arseni Zdanevich, confirmó al periódico ruso Sport Express que él ha salido de Bielorrusia rumbo a Ucrania.
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Los periodistas de The Associated Press Daria Litvinova y Daniel Kozin en Moscú, Monika Scislowska en Varsovia, Yuras Karmanau en Kiev, Ucrania, y James Ellingworth en Tokio contribuyeron a este despacho.