Por Renju Jose y Colin Packham
SÍDNEY, 2 ago (Reuters) - El estado australiano de Queensland extendió el lunes el confinamiento por COVID-19 en Brisbane, mientras que los soldados empezaron a patrullar en Sídney para hacer cumplir las normas de permanencia en casa, mientras Australia lucha por detener la propagación de la variante delta del coronavirus, altamente contagiosa.
Queensland dijo que había detectado 13 nuevos casos de COVID-19 locales en las últimas 24 horas, el mayor aumento en un día que el estado ha registrado en un año. El confinamiento en Brisbane, la tercera ciudad más grande de Australia, debía terminar el martes, pero ahora se mantendrá hasta finales del domingo.
El aumento del número de casos en dos de las mayores ciudades del país se produce mientras crece la inquietud sobre cómo está gestionando la pandemia el Gobierno del primer ministro Scott Morrison.
Aunque la campaña de vacunación de Australia ha ido a la zaga de muchas otras economías desarrolladas, hasta ahora le ha ido mucho mejor al mantener sus cifras de coronavirus relativamente bajas, con algo menos de 34.400 casos. La cifra de muertos se elevó a 925 tras la muerte de un hombre de 90 años en Sídney.
Australia está atravesando un ciclo de confinamientos en varias ciudades tras la aparición de la variante delta, de rápida evolución, y es probable que estas restricciones persistan hasta que la tasa de vacunación en el país sea mucho mayor.
El primer ministro Morrison ha prometido que los confinamientos serán "menos probables" una vez que el país inocule al 70% de su población mayor de 16 años, frente al 19% actual. Morrison espera alcanzar la marca del 70% a finales de año.
Unos 300 efectivos del ejército, que no van armados y están bajo las órdenes de la policía, comenzaron el lunes las visitas puerta a puerta para asegurarse de que las personas que han dado positivo se aíslan en sus casas. También acompañaron a los agentes de policía que patrullan las zonas de Sídney donde se han registrado más casos de COVID-19.
(Reporte de Renju Jose y Colin Packham; Edición de Michael Perry, Kenneth Maxwell y Sonali Paul, traducido por José Muñoz)