Kevin Cordón hace vibrar a Guatemala en bádminton

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TOKIO (AP) — Tras sentenciar su más reciente hazaña en el bádminton en los Juegos de Tokio con un feroz smash, Kevin Cordón se tiró de espaldas a la superficie y se cubrió el rostro con las manos.

En un torneo en el que las sorpresas han sido la tónica, el guatemalteco de 34 años y actual número 59 del ránking mundial protagonizó el sábado algo inédito al convertirse en el primer latinoamericano en acceder a las semifinales del bádminton olímpico.

Cordón se apuntó una contundente victoria 21-13, 21-18 frente al surcoreano Heo Kwanghee. Liquidó el trámite en 42 minutos.

“Soy todavía como un niño, jugando como un niño, divirtiéndome, tratando de dar lo mejor”, afirmó Cordón.

Su oponente en semifinales será el danés Viktor Axelsen y una nueva victoria le aseguraría una presea a Cordón. Axelsen, cuarto cabeza de serie, se impuso 21-13, 21-13 al chino Yu Qi Shi.

La sorpresas han abundado esta semana en la sede del Musashino Forest Sport Plaza, algo que se atribuye a las circunstancias especiales por la pandemia de COVID-19. Kwanghee, por ejemplo, derrotó en octavos de final al japonés Kento Momota, actual número uno mundial.

Contra todo pronóstico, Cordón está a las puertas de darle a Guatemala la segunda medalla olímpica de su historia y la primera desde la plata del marchista Erick Barrondo en Londres 2012.

“Ahora mismo no estoy pensando en una medalla", dijo Cordón. "Si piensas que estás tan cerca te estresas y no puedes jugar tranquilo y con la intención de divertirte”.

“¿Se pueden creen que estoy en semifinales? Esta sensación es maravillosa”, dijo Cordón.

Cordón dejó Guatemala cuando tenía 12 años para incursionar en un deporte de participación masiva en Asia, pero que en Latinoamérica pasa inadvertido.

Como casi todos los niños de Guatemala, Cordón creció jugando fútbol. De hecho, su padre le puso el nombre por Kevin Keegan, el delantero inglés que brilló en las décadas de los 70 y 80.

Pero acabó interesándose en el bádminton y, gracias a una beca deportiva, se entregó por completo a la disciplina.

“El bádminton es Guatemala no se acerca al fútbol. Pero yo no pienso en ello", dijo. "Si comparas a Guatemala en bádminton con cualquier otro país de Europa o Asia, no es lo mismo. Esa es la realidad. Pero tenemos una cosa en común. Somos iguales cuando juegas con el corazón”.

Le preguntaron sobre si su sobresaliente campaña en Tokio 2020 ha captado la atención en Guatemala.

“Claro que sí".

Pero está “completamente seguro” que sus padres no están viendo sus partidos.

“Son muy mayores. Nunca me han visto jugar en toda mi carrera", dijo. “No es porque no me quieran, es que se ponen muy nerviosos. Cuando me toca jugar mi hermano ve el partido y les da el resultado: ‘Kevin ganó o Kevin perdió’”.

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