El atletismo arranca a toda velocidad en Tokio

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TOKIO (AP) — Usain Bolt ya no está en las pruebas de velocidad, pero eso no significa que Jamaica haya bajado el ritmo.

Nadie lo ha hecho, al menos no entre las mujeres en la pista de atletismo.

La primera jornada olímpica, que se suponía que sería poco más que un trote lento para las mejores corredoras de 100 metros, resultó en algo muy distinto el viernes.

La vigente campeona del mundo, Shelly-Ann Fraser-Pryce, ganó su eliminatoria con un tiempo de 10.84 segundos. Su rival jamaicana, la campeona olímpica Elaine Thompson-Herah, terminó con 10.82. Y Marie-Josee Ta Lou, la marfileña que finalizó cuarta en Río 2016, no dejó de mostrar su incredulidad después de cruzar la meta con una marca personal de 10.78.

“No lo puedo creer”, dijo Ta Lou. “Pero sé que estoy lista”.

Fueron el quinto, sexto y séptimo mejor tiempo del año, en un día en el que siete de las 54 competidoras impusieron marcas personales, todas en una primera ronda que debería ser más para aflojar músculos que para ponerse a ver el reloj.

Y todo pese a la ausencia de la tercera mejor marca del año, la estadounidense Sha'Carri Richardson, quien no compitió por una sanción por dopaje. Ese fue un asunto que nadie quería abordar.

“No sé cómo eso le pueda servir de ayuda ahora”, dijo la nigeriana Blessing Okagbare. “Sin importar quien esté aquí o no esté, vamos a competir”.

Fraser-Pryce llegó a Tokio como la favorita para la final del sábado y ya ha dado muestras de estar a la altura del desafío. Corrió 10,63 en junio y algunos creen que el récord de Florence Griffith Joyner, vigente desde hace 33 años, está en peligro.

“Sinceramente, no tengo idea”, declaró Fraser-Pryce cuando le preguntaron por la marca. “Es súper, súper competitivo. Quieres asegurarte de enfocarte en cada ronda y hacer lo que se supone que debes hacer”.

En torno a los Juegos había muchas incógnitas, como si el retraso de un año, el estadio vacío o el estrés de estar encerrados en una habitación de hotel antes de la cita podrían afectar a los atletas. Al menos un grupo, las velocistas, respondieron a todas esas dudas con un rotundo “No”.

Otra de las dudas: ¿Será esta una pista rápida?

“Claramente", afirmó la británica Daryll Neita, que hizo su mejor marca personal con 10,96. “Va a ser un campeonato muy rápido, digámoslo así. Se siente increíble".

La primera de las 48 medallas de oro en liza en los nueve días de competición fue para el etíope Selemon Barega en la prueba masculina de 10.000 metros, una carrera masificada que dejó a los competidores exhaustos sobre la pista al terminar en una noche donde los termómetros marcaban 27 grados centígrados (82 F) y un 82% de humedad.

Tras dos Juegos acaparados por la estrella británica Mo Farah, Barega devolvió la gloria a su país, que dominó la distancia durante décadas con Kenenisa Bekele y Haile Gebrselassie.

La venezolana Yulimar Rojas necesitó apenas un salto — 14,77 metros en su primer intento - para meterse en la final del salto triple femenino. La campeona olímpica vigente, la colombiana Caterine Ibargüen, precisó de un tercero (14,37) para clasificarse.

Hablando de cosas habituales en una cita olímpica: los estadounidenses volvieron a tropezar en los relevos. Esta vez fue en el estreno del 4x400 mixto, donde el equipo fue descalificado por la mala cesión del testigo ente Lynna Irby y Elija Godwin, que corrían la primera y la segunda posta, respectivamente.

En otras pruebas de la primera sesión, el estadounidense Rai Benjamin y el plusmarquista mundial Karsten Warholm, de Noruega, ganaron cómodamente sus respectivas eliminatorias de los 400 metros con obstáculos y se enfilan a un duelo por el oro.

Ju’Vaughn Harrison avanzó a la final de salto de altura y mantiene vivas las esperanzas estadounidenses de lograr un doblete con el salto de longitud. En la justa de altura estará también el actual campeón mundial, Mutaz Essa Barshim, quien sorprendió al público local hace dos años al coronarse en Doha, su ciudad.

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