El equipo de Nueva Zelanda quiere ayudar a la halterófila Laurel Hubbard, primera mujer transgénero en participar en unos Juegos Olímpicos, a gestionar la "enorme atención" que suscita en Tokio, afirmó este sábado la portavoz del Comité Olímpico Neozelandés.
Hubbard, nacida varón pero que se convirtió en mujer tras cumplir la treintena, suscitó un debate tras su selección, después de cumplir con los criterios para la misma.
"Trabajamos estrechamente con Laurel, como con cualquier otro deportista, pero en particular con ella por la enorme atención que genera", declaró este sábado Ashley Abbott.
"Estamos viendo qué será lo mejor para ella en términos de interacción con los medios. Así que habrá limitaciones", dijo.
Hubbard pudo entrar en la selección femenina tras probar que sus niveles de testosterona eran inferiores a los recomendados por el Comité Olímpico Internacional (COI), fijados en 10 nanomoles por litro. Competirá en Tokio en la categoría de los más de 87 kg.
Pero ha habido críticas que argumentan que Hubbard se beneficia de otras ventajas ligadas a su pasado como hombre, lo que hace que su presencia sea injusta de cara a otras competidoras.
"Seguiremos trabajando con ella con el fin de asegurarnos que esté apoyada constantemente y que comprenda el entorno en el que está", añadió Abbott.
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