El ejército sudafricano movilizó este jueves a sus reservistas, en tanto el gobierno se prepara para intensificar de manera considerable el despliegue de efectivos para detener la ola de violencia que ha sacudido al país durante casi una semana.
Johannesburgo, donde durante el fin de semana hubo grandes saqueos e incendios tras los primeros incidentes en el país zulú (este), a causa del encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma, se encontraba esta jornada en relativa calma.
En el centro de Johannesburgo, muchos comercios permanecían cerrados este jueves, y algunos propietarios y empleados despejaban sus escaparates. Las calles permanecían bloqueadas por barricadas, algunas calcinadas, al igual que muchos autos.
"No sirve de nada seguir encolerizado, ahora tienes que arremangarte", dijo un residente que no quiso dar su nombre.
"Los daños son terribles, la gente intenta salvar lo que buenamente puede", señaló a la AFP Michael Sun, del partido opositor Alianza Democrática. "Y lo más grave es que muchos comerciantes no tienen seguros, ni a quién acudir para obtener indemnizaciones", añadió.
Este jueves de mañana, no se reportó ningún nuevo saqueo por primera vez desde el domingo.
Entretanto, el ejército se preparaba para desplegar más efectivos sobre el terreno, para estabilizar la relativa calma de Johannesburgo y apaciguar las zonas con mayores tensiones, sobre todo en las grandes ciudades de KwaZulu-Natal (KZN, este), el puerto de Durban y su capital Pietermaritzburgo, donde prosiguen los incidentes.
La carretera, clave, que conecta Johannesburgo con Durban ha sido despejada de las barricadas y obstáculos colocados al día siguiente del encarcelamiento de Zuma, el expresidente involucrado en numerosos escándalos de corrupción, pero quien continúa siendo muy popular en su región de origen.
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